El resultado de las elecciones andaluzas es malo para esa región y también para el conjunto de España. No podemos decir menos todos aquellos que ya hace muchos años que descubrimos que el rollo del “mal menor” es un engaño tan dañino como los gobiernos del corrupto y traidor PSOE. La situación limite que vive España no puede llevar a nadie a alegrarse de estos resultados porque «al menos no gobierna la izquierda».

Porque muchos años de “mal menor” acabaron provocando que el PP se convirtiera en la marca azul del PSOE y eso es exactamente lo que ha ganado en Andalucía con mayoría relativamente absoluta, pues no hay que olvidar que el PP ha sacado 1,5 millones en una región de más de 8 millones habitantes y que el auténtico ganador ha sido la abstención, que ha sido del 42%.

A Juanma Moreno no se le recuerda ni una sola medida que haya sido buena o novedosa para Andalucía. Se ha limitado a heredar toda la maquinaria clientelar del PSOE y a llevar a cabo las mismas políticas sin sustancia del PSOE. Eso sí, todo disfrazado bajo el mantra del “buen gestor”, que es el cuento de siempre del PP, cuando a la hora de la verdad rascas un poco y son igual de malos gestores que el PSOE. Es cierto que Moreno ha tenido que lidiar con la “pandemia” (en la que, por supuesto, se ha comportado como un auténtico dictador covidiota) pero más allá de eso Moreno se ha limitado a seguir con las políticas progres del PSOE, algo lógico en un adepto a la secta 2030 como él y miembro del sector más centrista y rajoyesco del PP.

En cuanto al resto de partidos el descalabro ha sido importante. El PSOE todavía ha aguantado el tipo, la extrema izquierda podemita feminista partidaria del califato omeya se sigue desinflando, Ciudadanos desaparece por fin del tablero político y queda la decepción parcial de VOX que, aunque ha subido respecto a las regionales de 2018, pierde 400.000 votos respecto a las generales de noviembre de 2019. Se han equivocado con la candidata y con su campaña folklórica que no ha gustado a muchos andaluces y su papel de comparsa en la política andaluza (y en otras regiones en las que se comporta como la muleta verde del PP) les ha perjudicado. Al menos, libres de ataduras, podrán hacer una política de oposición más contundente. Más les vale si no quieren empezar a retroceder.

En resumen, los andaluces (como el resto de los españoles) siguen viviendo al día y sin darse cuenta de lo que les viene encima. Han votado más Agenda 2030, más políticas progresistas globalistas, más sumisión a la UE, más federalización de España, más MENAs, más competencia desleal marroquí, más leyes de género y LGTB, más islamización, más inmigración ilegal…ni siquiera ser la primera linea frente al continente africano ni las amenazas de Marruecos y Argelia de enviar a las costas andaluzas oleadas de pateras les ha hecho tomar conciencia del problema y votar en consecuencia.

Para colmo, este resultado reforzará la estrategia del nefasto Feijoó, otro títere globalista, seguramente el próximo presidente de España y que, como los demás, será un fiel vasallo de los globalistas que someten a España desde hace décadas. Pobre Andalucía y pobre España.

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