Ya hace años que Marruecos ha declarado a España eso que ahora se llama la “guerra híbrida”. Una guerra en todos los frentes, excepto en el militar (de momento) con el objetivo de debilitar a España en todos los frentes posibles. Para ello, cuenta con la ayuda de Israel y de Estados Unidos y del Reino Unido, es decir, de la OTAN, la misma OTAN que, mientras apoya a nuestro enemigo marroquí, nos fuerza a entrar en una guerra en Ucrania en la que nada se nos ha perdido.
Repasemos todas las agresiones marroquíes contra España de los últimos años:
– Lleva 25 años enviando a cientos de miles de inmigrantes ilegales hacia España
– ha enviado a miles de MENAs, auténticos delincuentes juveniles que están sembrando el terror por toda España.
– No pocas de las manadas de agresores sexuales que violan a jóvenes españolas están formadas por marroquíes
– El año pasado organizó una auténtica marcha verde contra Canarias enviando a cientos de pateras contra el archipiélago
– Poco después, envió otra marcha verde contra Ceuta, lanzando a miles de jóvenes marroquíes contra la ciudad autónoma.
– Se sigue armando hasta los dientes con material americano e israelí, llegando a colocar drones misiles y bases militares cerca de Ceuta y Melilla, dos ciudades a las que ahoga continuamente.
– Con el apoyo del Reino Unido, tiene planes de expansión económica cuya principal perjudicada será España.
– Se ha apropiado de aguas territoriales canarias con el objetivo de quedarse con los recursos naturales existentes en dichas aguas. De hecho, empresas israelíes ya han iniciado las prospecciones.
– Lleva décadas enviando toneladas de droga (jachís) hacia España, destruyendo la salud física y mental de la juventud española.
– Incumple toda la legislación internacional en el Sahara.
– Practican la competencia desleal contra España en todo tipo de sectores económicos, en especial en la agricultura.
Todo eso a pesar de que España les ha enviado millones de euros para que controlen la inmigración ilegal, de que España acoge a más de un millón de inmigrantes marroquíes que tienen unas tasas de empleo y de cotización más que cuestionables, que envían dinerales en manera de divisas a Marruecos (dinero que pierde España) que acaparan de manera masiva todo tipo de “paguitas” en perjuicio de los españoles más humildes, que se les permite practicar libremente su religión en España…
A pesar de todas las cesiones y humillaciones imaginables que España cede y concede a Marruecos, los marroquíes no cesan su política hostil contra España, cuyo objetivo no puede ser otro que quedarse con Ceuta, Melilla y Canarias. Eso para empezar, pues si continúan enviando a cientos de miles de inmigrantes colonos hacia España y se siguen reproduciendo al ritmo actual, a medio plazo exigirán todo Al Andalus llegado el momento.
Y mientras tanto, toda nuestra clase política ¡toda! no hace absolutamente nada, incluso el traidor de Felipe VI, al que hace unas semanas le faltó tiempo para humillarse ante Marruecos porque los “ofendiditos” marroquíes no le dirigían la palabra ya que estaban muy enfadados porque España había acogido a un líder saharaui ¡¡de risa!!
Hasta la “derechita valiente”, que es la única que denuncia el problema de la inmigración ilegal en España y la hostilidad marroquí, siempre se olvida mencionar que si Marruecos se atreve a tomar esta actitud es porque cuenta con el respaldo de Estados Unidos, Israel y la OTAN, nuestros “aliados”.
Y ahora tiene lugar esta nueva invasión de Melilla, promovida, como todas, por Marruecos.
Ya está bien. España debe romper relaciones con Marruecos de inmediato, militarizar su frontera sur, recuperar un servicio militar como mínimo voluntario, construir dos muros de hormigón infranqueable en Ceuta y Melilla, fortalecer lazos con Argelia y los saharauis y empezar a promover el retorno a su país de parte de la comunidad marroquí que vive en España, pues es una más que probable quinta columna de un país que se está demostrando abiertamente hostil durante demasiados años.
Y por supuesto, todas las tropas y armas españolas que están repartidas por el mundo, deben ser devueltas a España y llevadas a nuestra frontera sur de inmediato.
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