Uno de los muchos problemas que atañe a la juventud española actual es el fenómeno ya conocido como “fuga de cerebros”.

Según diversas fuentes como el INE (Instituto Nacional de Estadística) o el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), España es la nación que encabeza, junto a Italia, la fuga de cerebros dentro de la Unión Europea. Esto, lejos de solucionarse, es un problema que, en el caso de nuestro país, cada vez va a más. Cada vez son más los jóvenes que, altamente cualificados y con una sólida formación académica, tienen que irse a buscar empleo en otras naciones europeas debido a las altas tasas de desempleo y el funesto panorama económico que afecta a España. Si a esto le añadimos la inmensa cantidad de inmigrantes que entra en España, se puede apreciar que, poco a poco, el país está experimentando un cambio poblacional que nunca saldrá en los medios de comunicación oficiales financiados por el sistema. Sin embargo, aunque esto no salga en las noticias, es una realidad que está ahí y que se está incrementando por mucho que traten de esconderlo.

Desde la izquierda nos repiten constantemente que la solución para la economía española es fomentar la tecnología y la investigación (la famosa I+D+I de la que todo el mundo habla pero nadie sabe exactamente cómo ponerla en marcha) pero luego esa misma izquierda crea un modelo productivo que expulsa a trabajadores formados y es un efecto llamada para otros sin ninguna formación, importa en masa inmigrantes semi-analfabetos sin ninguna cualificación y pone todas las trabas posibles a que se cree empleo de calidad y con buenos salarios ¿cómo esperan conseguir su objetivo?¿cómo es posible que los españoles nos gastemos miles de millones en la formación de nuestros jóvenes para que al final sean otras naciones las que se aprovechan de sus conocimientos mientras que nosotros importamos MENAs en masa que solo traen delincuencia y malestar?

Pese a que ninguna de las formaciones políticas con representación parlamentaria da importancia a este fenómeno, los datos están ahí. ¿A qué espera la juventud española para despertar? ¿A qué esperan para darse cuenta de que estamos viviendo una sustitución étnica de proporciones bíblicas?

Pablo Lucini Iturralde.

Responsable Nacional de DNJ.

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Pablo Lucini