Este 1 de enero ha entrado en vigor una reforma del artículo 135 de la Constitución que establece que es obligatorio para España cumplir los objetivos de déficit primario (sin contar el ciclo económico) que establezca la Unión Europea. Este cambio normativo al máximo rango, del que pocos están al tanto, choca frontalmente con el programa de Gobierno presentado el lunes por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, pues recoge importantes aumentos del gasto para los que no serán suficientes las subidas de impuestos planteadas.
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Nota de DN: en el año 2011, en el peor momento de la pasada crisis, el PP y el PSOE, forzados por el presidente Obama, por Angela Merkel y por la UE, llevaron cabo una reforma exprés de nuestra Constitución, en concreto del artículo 135.2. Los cambios más importantes eran dos: el primero, el gobierno de España se comprometía a que en sus presupuestos se cumpliera siempre la estabilidad presupuestaria, es decir, que haya un equilibrio entre ingresos y gastos. El segundo, del que se habló mucho menos, es que el pago de la deuda tenía prioridad absoluta sobre cualquier otro gasto del gobierno.
Dada la dificultad de cumplir el primer punto, se implantó un periodo transitorio que terminaría el 1 de enero de 2020. A partir de ese día, España está obligada a que la UE dé el visto bueno a sus presupuestos que, excepto en situaciones muy excepcionales, han de cumplir el principio de equilibrio presupuestario, que en este momento exigiría un duro ajuste económico.
No es que estemos en contra de por sí de este concepto del «equilibrio presupuestario», un concepto que, en apariencia, tiene bastante sentido común (no gastar más de lo que ingresas) y que, además, en España, solo eliminando el Estado de las Autonomías, echando a todos los políticos que sobran y quitando las millones de subvenciones absurdas que existen, se cumpliría sin mayor problema.
Pero a nivel de Estado, el concepto de equilibrio presupuestario es una trampa y un candado pues, en momentos de recesión, cumplir ese equilibrio te puede llevar a un empeoramiento aún mayor de tu economía, que justamente lo que necesita en ese momento es una política expansiva que, teniendo soberanía monetaria y un Banco Nacional que emita dinero sin crear deuda, debería ayudar a conseguir la recuperación económica. Pero justamente eso es lo que el BCE y la UE quieren evitar: que los Estados Nación de Europa tengan soberanía monetaria.
Al forzarnos a reformar esa Constitución que algunos «patriotas» tanto defienden, dieron otro golpe mortal a nuestra soberanía y, añadiendo toda la deuda que el mismo BCE nos ha creado desde el mismo año 2011, podemos decir que España está en la tormenta perfecta. Atada de pies y manos, sin poder aprobar nuestros propios presupuestos, totalmente sometidos a una UE que está demostrando ser algo más que hostil contra España en el conflicto separatista catalán, sin poder emitir nuestra propia moneda y esperando el terrible momento en el que el BCE no solo deje de prestarnos dinero sino que nos exija empezar a devolverles la deuda que hemos contraído con ellos a través de su trampa de imprimir dinero falso para prestarlo después y crear una deuda impagable ¿somos conscientes de lo que puede pasar ese día, teniendo en cuenta que el pago de la deuda es preferente respecto a la sanidad o a las pensiones o a la Defensa, según dice nuestra propia Constitución?
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