Una vecina de Caspe (Zaragoza) de 59 años ha tenido que ser hospitalizada y operada tras sufrir una agresión en plena calle y sin motivo aparente. La mujer fue abordada repentinamente por un muchacho que le propinó una brutal patada que le fracturó una pierna.
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Nota de DN: el responsable es un joven marroquí con antecedentes penales que, para variar, estaba en la calle. En Lyon (Francia) un afgano también se ha liado a cuchilladas por la calle con todo el que se cruzaba por su camino matando a una persona e hiriendo a otras ocho. Ambos sucesos han ocurrido «sin motivo aparente» aunque parece que esta vez se han ahorrado la estupidez habitual de «se trata de una persona que está bajo tratamiento psiquiátrico», que es la mentira oficial que usan los medios para ocultar que se trata de un islamista atacando a sus enemigos infieles. El afgano era solicitante de asilo, exactamente igual que los inmigrantes del Open Arms que acaban de llegar a España. Con esta política de inmigración, no es de extrañar que España cada vez se parezca más a Suecia o a Francia. Y las cosas aún se han de poner mucho peor.
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