La Comisión Constitucional del Parlamento de Israel ha recibido este martes una inusual carta abierta del jefe del Estado hebreo en la que pide que no se convierta en ley una medida abiertamente discriminatoria. El presidente Reuven Rivlin, una figura protocolaria sin apenas atribuciones, se ha dirigido a los diputados que debaten un artículo de la denominada Ley del Estado Nación que permitirá la creación de ciudades segregadas para judíos. “¿Estamos dispuestos, en nombre de una visión sionista, a tolerar la discriminación y la exclusión en función del origen?”, interrogaba en su misiva a la Kneset.
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Nota de DN: Desde el primer día la intención de los israelíes fue crear un etno-Estado judío con la exclusión total de los árabes (ya fueran cristianos o musulmanes) y de cualquier no judío en general. Pero no les salió bien del todo pues a pesar de la expulsión masiva de cientos de miles de palestinos en 1948 y otras sucesivas huidas tras las diversas guerras posteriores, sigue quedando un porcentaje de población árabe en la tierra que hoy en día se llama Israel. Aún así, esta población siempre ha sido ciudadana de segunda categoría en Israel, un país donde los matrimonios mixtos están prohibidos, la política de inmigración está totalmente restringida a personas de etnia judía y en el que, en la práctica, existe segregación racial entre árabes y judíos.
La situación ha empeorado desde que una coalición de fanáticos sionistas gobierna Israel. Esta decisión es otro paso más hacia el etno-Estado judío que los sionistas siguen teniendo en mente, incluso más allá de las fronteras del actual Israel. Curiosamente, muchas organizaciones sionistas de Europa y Estados Unidos que se escandalizan ante las medidas de Donald Trump o de cualquier gobierno Nacionalista de Europa, parece que callan ante las tropelías del Estado de Israel. No nos parece mal que la comunidad judía quiera defender y proteger su identidad, nos parece algo peor que quiera hacerlo en un territorio que no le pertenece y ya nos parece inadmisible el doble rasero de organizaciones sionistas como el Movimiento Contra la Intolerancia que, mientras apoya las políticas israelíes, pretende para España las políticas opuestas.
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Se resume en, haz lo que yo diga pero no lo que yo haga. Las mismas politicas que utilizo Hitler mediantes las leyes de Nuremberg para proteger a la raza alemana, las aplican ellos, con toda la libertad e hipocresía hacia el resto del mundo