25 cristianos coptos asesinados en Egipto por un comando terrorista. ¿Quién pondrá flores, velas y ositos de peluche en sus tumbas? ¿Cuándo se llevará Francisco al Vaticano aunque sea a un sólo cristiano amenazado? Estuvo hace poco visitando Egipto, y se ve que de bien poco le ha valido a los pobres coptos. Hace poco más de un mes asaltaron dos iglesias coptas, y ni entonces ni ahora saldrá casi ningún europeo a decir #yotambiénsoycopto.
¿Qué dirá el tuiterío rojo ante este atentado? ¿Dirá algo el ínclito Moneydero?
Aunque muchos no se lo crean, Juan Carlos Moneydero también tiene sus virtudes, aunque estén profundamente ocultas bajo sus gafas trostkistas. Una de ellas, por ejemplo, es la de adivino, pues a veces su clarividencia política es tan epatante, que le permite predecir los acontecimientos futuros, como si conjurase con abracadabras extraídos de cualquier vudú bolivariano su particular bola de cristal.
Por ejemplo, el día 6 febrero de 2011, al poco de comenzar la «primavera árabe», dijo lo siguiente en un alucinante tuit que últimamente se ha hecho viral: «Que la lucha del pueblo árabe crezca en todo el continente. Y, como pólvora, salte a Europa y Estados Unidos». Chapeau, maestro. Será por eso que, cada vez que desbarra en tertulias o en su alucinante tuiterío, parece que como si encendiera la mecha de un barril de pólvora.
Qué manía la de estos antisistema por la piromanía: entre la Rita Maestre y éste polvorilla, cualquier día nos organizan «la batalla de las colinas del whisky».
Yo, qué quieren que les diga, sigo sin entender como un personaje como éste ―que habla a boca llena de rescates a la «gente» mientras él tiene un patrimonio de varios cientos de miles de euros y busca la manera de engañar a Hacienda, sustrayendo así los recursos necesarios para esa operación― sigue okupando espacios privilegiados en las tertulias de los medios de comunicación, permitiéndose la desfachatez de seguir pontificando con sus revoluciones de pacotilla, esparciendo su amenazadora pólvora sobre un país tan desgraciado como éste, que tiene que aguantarle un día sí, y otro también.
A este personaje de barraca de feria le cuadra a la perfección aquel refrán tan castizo que dice «A Dios (Lenin) rogando, y con el mazo dando». Pues va por esos mundos presumiendo de anticapitalista revolucionario, y luego no tienen ningún empacho en ponerse la medalla de que entre 1998 y 2003 trabajó para el Banco Central Europeo, una de las «madres del cordero» del Nuevo Orden Mundial.
Y tienen más medallas como esa, también colabora con la fundación ATTAC España, «creme de la creme» dentro de los movimientos de disidencia controlada creados por la ingeniería social de los poderes plutocráticos que conspiran por el Gobierno Mundial.
Por si este currículum tan revolucionario no fuera suficiente, Moneydero ha trabajado en el «Instituto Transnacional» (TNI), otra de esas asociaciones aparentemente antiglobalistas que recibe fondos del Open Society Institute (OSI), la omnipresente Fundación globalista del megaconspirador George Soros. Otro Chapeau, profesor.
Para él, las guerras que desencadenó la «primavera árabe» son levantamientos proletarios en contra de petrozares, insurrecciones revolucionarias en las que pueblos sometidos se alzan por fin contra los sátrapas, tomando sus palacios de verano estilo Alhambra o Taj Mahal. Por ello, tanto él como todos los miembros de su camada antisistema y pijoprogre han defendido las intervenciones militares de la OTAN en los países musulmanes ribereños del Mediterráneo ―el generalote ex jemad Julio participó en estas campañas, por cierto―, aunque saben de sobra que esa pretendida revoluciones son realmente el asalto del yihadismo del Estado Islámico a gobiernos que no se dejaban someter por las exigencias de la plutocracia financiera que conspira por el NOM.
Y, como la joya de la corona del NOM es la islamización de Europa para arrasar con el cristianismo que se opone al gobierno mundial, pues por ahí se entiende su contumacia en no condenar nunca claramente los atentados terroristas, hablando de los suicidas como si fueran simplemente «delincuentes», acusando al heteropatriarcado en el caso de que el atentado tuviera algo que ver con los gays, y al rosario de la aurora en todos los casos.
La perla más preciada en estas declaraciones, sin embargo, no corresponde al Moneydero, sino al feroz anticapitalista y eurodiputado Miguel Urban, cuando dijo ―después de los atentados en París que causaron 129 muertos― que «hay muchísima gente que no ve otra salida que inmolarse, porque nosotros hemos fallado en elementos estructurales y ellos (los terroristas) no tienen otra salida. Lo de que muera gente, parece que es un efecto secundario, o quizás otro problema estructural…». Y lo más grave es que esta aberrante interpretación la comparten muchos podemitas. Es decir, que, por arte de birlibirloque, los terroristas no sólo no son los verdugos, sino las víctimas de una sociedad que no les comprende. Otro chapeau…
El Coletudo Mayor, por su parte, no se cansa de repetir que contra el terrorismo hay que oponer ―en vez de los bombardeos―, «el estado de derecho, democracia y los derechos humanos», afirmando que «el endurecimiento del Código Penal no es una medida eficaz», y que «renunciar a los elementos garantistas del derecho penal y reducir libertades y derechos civiles es caer en lo que quieren los terroristas».
Dicho en cristiano ―con perdón― Esto equivale a pretender destruir los cañones a mosconazos. Bien, pues que los podemitas hagan gandhianas cadenas humanas en la Meca para pedir que los yihadistas nos dejen en paz, con cintas de flores en la frente, y un guitarreo «hippie» de fondo.
Y aún hay más, porque, aparte de su colaboración con el NOM para islamizar Europa, en el caso de España el filoislamismo rojiprogre tiene un corolario añadido, un «efecto especial» realmente apocalíptico, ya que estas turbas, aparte de su patológico complejo por haber perdido en el 39 y su maníaco afán de venganza contra las derechas ―a las que hacen responsables de su derrota―, también han resucitado un atavismo que viene de mucho más lejos, concretamente del año 1492, cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada y pusieron fin a la dominación musulmana en Al Andalus. En su afán vengativo, esta caterva filomusulmana nos la tiene jurada desde entonces, porque seguro que a muchos de ellos les gustaría ver nuevamente a los muecines recitar sus allahuakbares desde las torres de las iglesias españolas, convertidas en alminares, al igual que le gustaría ver ondear nuevamente la bandera roja o la republicana en nuestras más altas torres.
Todavía no lo han superado, y en sus delirios paranoicos confunden a don Pelayo con Franco. Si, está claro que necesitan ayuda…
¡Ah, se me olvidaba!: #yotambiensoycopto
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