“Tengo miedo. Tengo miedo de que me pueda pasar a mi”. La que habla es una enfermera del hospital comarcal de Melilla que ha preferido mantener su anonimato. Nos encontramos en la región donde las agresiones a sanitarios ocurren “casi a diario”. “Nos dicen de todo; nos zarandean, nos menosprecian por el simple hecho de ser mujeres. Desempeñar la profesión con la que un día soñé se ha convertido en mi peor pesadilla”, señala. Así es el trabajo sanitario en uno de los ‘puntos negros’ de las agresiones a profesionales de la sanidad.
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Nota de DN: ¿por qué son justamente Ceuta y Melilla las zonas más peligrosas para ejercer la profesión sanitaria en España? dejamos a los lectores que adivinen la respuesta.
Esto es lo que más rabia me da, es hiriente que colectivos de feministas viertan todo su odio contra el hombre occidental y sin embargo no hacen nada cuando el agresor es un musulmán.
Sus señorías los políticos del Sistema al elaborar leyes para anular a los partidos políticos patriotas ( como Falange y Democracia Nacional, entre otros más ) han originado un supuesto previsible y lógico en muy poco tiempo, pues al no poder optar por otras formaciones políticas todo tipo de gremios afectados como denuncia el artículo de esta casa, que provocará que el pueblo español se levante para recuperar la verdadera democracia y seguridad en su nación española, aunque al principio esos y otros más patriotas apelando siempre al sentido común serán víctimas de represión y donde los represores ( sus herramientas ) también lo serán.
Hay que empezar a hablar de recuperar la democracia en España, frases que causan pavor en La Masonería y sus subalternos incrustados en buenos salarios mensuales del Congreso de los Diputados.