Por desgracia nos dirigimos al pueblo español para contarle algo que ya sabe: el Tribunal Supremo es un títere político que no hace Justicia. No defiende la Ley. No defiende los intereses de nuestra nación. No defiende los derechos de los españoles.

Se trata simplemente de una corte de togados que garantizan el status quo de la partitocracia y velan por los intereses de los partidos que detentan el poder. Por eso no tienen ningún empacho en dictar sentencias a todas luces anti jurídicas, profundamente injustas y rayanas en la más pura, simple y sucia prevaricación.

La sentencia que amplía las penas a los patriotas que se manifestaron en 2013 en la librería Blanquerna en defensa de la Unidad Nacional es una concesión política directa de la Vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría a los representantes autonómicos catalanes con los que negocia actualmente. Los protectores de corruptos y aforados de la Plaza de la Villa de París han prestado una obediencia bovina.

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