El Colegio de Pediatras de Estados Unidos ha dado a conocer una declaración (fechada el 21 de marzo de 2016), firmada, además de por los más eminentes pediatras del país, por el psiquiatra Paul McHugh, antiguo jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Johns Hopkins, uno de los más prestigiosos centros médicos de Estados Unidos tanto desde el punto de vista clínico como de investigación, titulada: «La  ideología de género hace daño a los niños»

 
La publicación de esta importante declaración científica de los principales especialistas pediátricos norteamericanos, que incluye una amplia relación de bibliografía científica en respaldo de sus afirmaciones, se enfrenta a pensamiento único reinante propio de la ideología de género, según el cual la persona no nace con un determinado sexo, sino que su sexo se “construye”, según patrones de tipo cultural. Es decir, las diferencias entre el hombre y la mujer no responderían a la naturaleza, sino que son construcciones culturales, convencionales, estereotipos, y por lo tanto no pueden determinar el sexo.
 
Debido a la difusión que está teniendo este pensamiento, incluso en los propios centros educativos, y el daño que está haciendo a los niños y adolescentes, los pediatras americanos urgen a educadores y legisladores a “rechazar todas las políticas que condicionen a los niños para aceptar como normal una vida de suplantación química o quirúrgica de su sexo por el sexo opuesto”; y recuerdan que son los hechos, y no la ideología, quienes determinan la realidad.
 
Su declaración se basa en estos principios:
 
1.- La sexualidad humana es un rasgo biológico objetivo binario: XY y XX son marcadores genéticos saludables, no los marcadores genéticos de un trastorno. La norma del diseño humano es ser concebido como hombre o como mujer. La sexualidad humana es binaria por definición, siendo su finalidad obvia la reproducción y crecimiento de nuestra especie. Este principio es evidente por sí mismo. Los extraordinariamente raros trastornos del desarrollo sexual, entre ellos la feminización testicular (o síndrome de insensibilidad de los andrógenos) y la hiperplasia suprarrenal congénita, son desviaciones de la norma sexual binaria, todas ellas médicamente identificables y directamente admitidas como trastornos del diseño humano. Los individuos con trastornos del desarrollo sexual no constituyen un tercer sexo.
 
2.- Nadie nace con un género. Todos nacemos con un sexo biológico.
 
El género (la conciencia y sentimiento de uno mismo como hombre o mujer) es un concepto sociológico y psicológico, no un concepto biológico objetivo. Quienes se identifican como “sintiéndose del sexo opuesto” o como “algo intermedio”, no conforman un tercer sexo. Siguen siendo hombres biológicos o mujeres biológicas.
 
3.-Cuando un niño biológicamente sano cree que es una niña, o una niña biológicamente sana cree que es un niño, existe un problema psi cológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal.
 
Estos niños padecen disforia de género. La disforia de género, antes denominada trastorno de identidad de género, es un trastorno mental así reconocido en la más reciente edición del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V)” [ http://www.casadellibro.com/libro-dsm-5-manual-diagnostico-y-estadistico-de-los-trastornos-mentales-5-ed/9788498358100/2381148 ]
 
4. La pubertad no es una enfermedad, y los bloqueadores hormonales pueden ser peligrosos e inhiben el crecimiento y la fertilidad en un niño que antes era biológicamente sano
 
5. Según el DSM-V, hasta un 98% de niños con género confuso y hasta un 88% de niñas con género confuso aceptan finalmente su sexo biológico tras pasar la pubertad de forma natural.
 
6. Los niños que utilizan bloqueadores hormonales para reasignación de sexo necesitarán hormonas cruzadas al final de la adolescencia. Las hormonas cruzadas (testosterona y estrógenos) se asocian con riesgos para la salud, entre ellos hipertensión, coágulos de sangre, derrame cerebral y cáncer.
 
7. Las tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía de reasignación de sexo, incluso en Suecia, que se encuentra entre los países con mayor respaldo LGBT. ¿Qué persona compasiva y razonable condenaría a ese destino a chicos jóvenes sabiendo que tras la pubertad hasta un 88% de las chicas y un 98% de los chicos aceptarán la realidad y alcanzarán un estado de salud física y mental?
 
8. Condicionar a los niños a creer que es normal estar toda la vida sustituyendo química y quirúrgicamente su propio sexo por el opuesto constituye un abuso infantil.
 
Respaldar la discordancia de género como algo normal a través de la educación pública y de las políticas legales confundirá a hijos y padres, y puede llevar a las familias a acudir a clínicas donde les administren fármacos bloqueadores hormonales y hormonas cruzadas tóxicas, o, incluso, cancerígenas, y más adelante elegir innecesariamente la mutilación de los órganos sanos.