Después de muchos años en que se veía venir, y tras varias décadas de complicidad por parte de todas las instituciones del sistema, los dirigentes de la Generalidad de Cataluña han declarado su República, su separación de España.

El pasado 11 de septiembre de 2013 un grupo de personas, padres de familia, empleados, estudiantes, parados, autónomos, adelantándose a los acontecimientos y recogiendo el sentir de la sociedad española, expresó firmemente y a cara descubierta ante los responsables de la deriva institucional a la que finalmente nos han abocado, el grito enérgico y unánime de “NO NOS ENGAÑAN, CATALUÑA ES ESPAÑA”.

Este grito directo realizado hace cuatro años por un grupo de apenas 20 personas fue el presagio y el sentir del grito unánime que este mes de octubre de 2017 ha recorrido toda la nación, grito sostenido por la llamada mayoría silenciosa que en diversas manifestaciones ha dejado expresa constancia de su amor e inquebrantable fe en la Unidad de España, así como el rechazo a la dejación de funciones institucional que a día de hoy todavía no ha procedido a detener y a poner a disposición judicial a los promotores y autores del desmembramiento de España.

Aquél grito, aquella acción directa de apenas 1 minuto de duración y que, pasados cuatro años, la sociedad española ha reiterado con firmeza en las calles y pueblos de toda España, fue presentada por las instituciones del estado a través de sus medios de comunicación como un acto cuasi terrorista, llevado incluso a las Cortes Españolas para que fuera condenado unánimemente por todos los diputados, un acto que costó la inmediata detención en apenas unas horas, sacando de sus domicilios y de madrugada, de una veintena de personas que entraron en la librería Blanquerna aquel 11 de septiembre de 2013 y su inmediata puesta a disposición judicial.

15 de aquellas personas fueron procesadas y juzgadas. La Audiencia Provincial de Madrid, tras un juicio de dos semanas de duración, y en el que la Generalidad de Cataluña a través de sus servicios jurídicos solicitaba la imposición de hasta 16 años de prisión por los hechos, condenó finalmente a 14 de ellos a una pena de seis meses de prisión por la comisión de un delito de desórdenes públicos y a una multa por la rotura de un cristal.

No obstante, la Generalidad de Cataluña, que ejercitaba la acusación particular, no contenta con la sentencia, recurrió en Casación ante el Tribunal Supremo de España solicitando la imposición de hasta 16 años de prisión a cada uno de los 14 condenados. También recurrió la Fiscalía del Estado, es decir, aquella institución que debería defender a España y a los españoles de los delincuentes, y que se puso del lado de los que llevan años cometiendo el mayor delito que puede sufrir una Nación, que es la ruptura de la misma. Ambas instituciones, la separatista Generalidad de Cataluña, y su cómplice necesario, la Fiscalía, consiguieron del Tribunal Supremo elevar las penas de los iniciales 6 meses de prisión a un total de 4 años: Por un lado 2 años y 11 meses por un delito de desórdenes públicos, en concurso con un delito de haber impedido el derecho de reunión de la Generalidad de Cataluña, y, por otro lado, otro año y dos meses, más multas económicas, por el delito de haber roto un cristal que se considera como daño a un bien de propiedad pública, considerando además que los hechos se cometieron con la agravante de haber obrado por motivos ideológicos discriminatorios.

La sentencia del Tribunal Supremo ha sido recurrida en Amparo ante el Tribunal Constitucional por injusta y por infracción de derechos, pues, entre otros motivos, dictó sentencia modificando los criterios que estableció el Tribunal de primera instancia bajo el principio de inmediación tras dos semanas de juicio sin que el Tribunal Supremo haya celebrado juicio, y ni si quiera haya escuchado a los condenados, infringiendo con ello doctrina del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Mañana 1 de noviembre de 2017, día de Todos los Santos, los ya conocidos como los 14 de Blanquerna empiezan a entrar en prisión por estos hechos, para cumplir los 4 años de prisión que fijó el Tribunal Supremo sin que después de meses de haber recurrido la sentencia en Amparo ante el Tribunal Constitucional, este Alto Tribunal se haya pronunciado si quiera si admite o no a trámite el recurso, única resolución que haría paralizar la ejecución de la sentencia.

Sabemos que no existen las casualidades, pero NO IMPORTA.

Sabemos que no existe la igualdad ante la Ley, pero NO IMPORTA.

Sabemos que no existe justicia, pero NO IMPORTA.

Sabemos que incomodamos al poder institucional, pero NO IMPORTA.

Sabemos que los impulsores de la desmembración de España no irán a la cárcel ni se pedirán responsabilidades a los que por acción u omisión han consentido esta situación, pero NO IMPORTA.

Nuestra acción de aquel 11 de septiembre de 2013, en la que los separatistas autodenominan Embajada de Cataluña en Madrid ante el Estado Español, está grabada y disponible en las redes sociales para quien quiera comprobar que aquella acción reivindicativa ante aquel Aquelarre Separatista, no es merecedora del castigo desproporcionado de 4 años de prisión, salvo para un régimen opresor o para aquellos que, instalados en su pedestal, consideran intrascendente e intercambiable la consagrada Unidad de España.

La sociedad española, la mayoría silenciosa, ha despertado y ante ella afirmamos que nuestra entrada en prisión NO IMPORTA y ante esta grave situación personal de privación de libertad NOS REAFIRMAMOS en nuestra fidelidad a España y a la Cataluña española, y ADVERTIMOS que el peligro de la actual deriva secesionista no se termina con medidas tan ineficaces como pactadas entre ambas partes, las mismas partes, qué casualidad, que recurrieron la sentencia inicial contra los 14 de Blanquerna, medidas como disolver un parlamento o como convocar unas elecciones en 55 días, y SEÑALAMOS que si no se actúa contra el germen del problema, que no es otro que la inacción del Estado Español sobre las regiones de España abandonadas a su suerte y dejadas en manos de la antiEspaña corrupta del 3%, no tardarán en reproducirse las histriónicas, mezquinas y antihistóricas exigencias separatistas, y SOLICITAMOS al pueblo español que continúe en guardia y en lucha permanente, pues quien nos gobierna, y el resto de instituciones que debería defender a España de sus enemigos, no tienen ninguna voluntad real de atajar el origen del problema que reside en la falta de soberanía nacional, el mantenimiento de la corrupción y el poner por encima de la Patria, una ley fundacional, la Constitución, ambigua y antinacional, y un sistema, la democracia parlamentaria actual, que lejos de ser solución a los problema de nuestra Patria, son partes fundamentales del problema.

Nosotros vamos a entrar en prisión por defender a España, pues bien, nuestra mayor tristeza no es ir a la cárcel, ni siquiera hacerlo de manera injusta, ya que no hemos cometido ningún crimen, sino el no poder estar con vosotros en las calles luchando hombro con hombro por la Sagrada Unidad de la Patria.

Compatriotas, no permitáis que entre unos y otros os roben a vosotros, a vuestros antepasados y a vuestros descendientes el glorioso orgullo de llamarse españoles.

¡VIVA LA UNIDAD DE ESPAÑA!

¡ARRIBA ESPAÑA!

BLAN13

https://youtu.be/6uvDSUcgHns