Y con esta entrega finalizamos la serie de documentos sobre la escuela de Frankfurt y su influencia en el marxismo cultural que nos han impuesto, llevando a la civilización occidental a una decadencia total con una población sin valores, endófoba y fácilmente manipulable. Espero que como mínimo, alguna conciencia haya despertado.
Sin perjuicio de las evidentes transformaciones que el Marxismo clásico sufrió a través del trabajo de la Escuela de Frankfurt, y que desembocó en la creación del Marxismo cultural, es conveniente indicar que las similitudes entre ambas versiones de la ideología aún siguen siendo importantes. A continuación se indicarán cinco de ellas:
Tanto el Marxismo clásico como el cultural son ideologías totalitarias. El carácter totalitario del Marxismo cultural se aprecia con mayor facilidad en cuanto a la Corrección Política. En las universidades se le aprecia en su más pleno ejercicio, al existir entre los estudiantes un verdadero temor generalizado a las represalias que pudieren seguir a las críticas relativas a Ideología de género, Feminismo, Multiculturalismo, Sionismo, Revisionismo Histórico, etc. Sanciones que van desde la marginación social hasta la interposición de acciones judiciales, pasando por castigos de carácter académico, son la manera de coaccionar el libre pensamiento universitario, dando además, una vista previa sobre lo que el Marxismo cultural aspira a conseguir a nivel de Estado.
Tanto el Marxismo clásico como el cultural ofrecen una explicación de la Historia. Mientras el Marxismo clásico sostenía que toda la Historia era determinada por la propiedad de los medios de producción, el Marxismo cultural afirma que ella es consecuencia del ejercicio del Poder; así, a lo largo de la Historia, determinados grupos definidos en términos de raza, cultura, sexo, etc., ejercerían hegemonía por sobre otros que eran distintos.
Tanto en el Marxismo clásico como en el cultural algunos grupos son buenos o malos a priori. En el Marxismo clásico los grupos buenos eran los trabajadores y campesinos, mientras que los malos eran los burgueses y propietarios del capital. En el Marxismo cultural, el grupo de los buenos está constituido por mujeres feministas, minorías raciales/culturales, homosexuales, y jóvenes de Izquierda, siendo siempre considerados como “víctimas” sin importar lo que ellos hagan; por su parte, el grupo malvado está conformado esencialmente por todos aquellos que no apoyen a los “buenos” (tolerancia liberadora), aunque sin lugar a dudas el icono más representativo de la maldad según el Marxismo cultural, se encuentra en el varón blanco heterosexual.
Tanto en el Marxismo clásico como en el cultural existe un persistente deseo de expropiación. Así como en Rusia los comunistas expropiaron de sus bienes a la burguesía, similarmente los Marxistas culturales se apropian de las Universidades mediante acción afirmativa, cuotas para admisión, u otros mecanismos similares.
Tanto el Marxismo clásico como el cultural se sirven de métodos de análisis que automáticamente les brindan las respuestas que ellos quieren. En el Marxismo clásico es la economía marxista, mientras que en el Marxismo cultural es la Deconstrucción (mecanismo por el cual se identifica el todo de un texto, institución o lo que fuere, se remueven sus partes y significado original, se reordenan y se les otorga el sentido deseado).
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