La ingeniería social, consiste básicamente en cambiar la percepción de la realidad, condicionando psicológicamente al individuo de tal manera que le incapacita para tener una percepción clara de que está siendo perjudicado él, su familia o su país y de esta manera queda incapacitado para asumir su defensa, la de su familia o su país.
A los que llegan a este grado de programación, no importa que se les inunde con información auténtica, y con todo tipo de pruebas documentales y hechos reales, el individuo así adiestrado, rechazará todo lo que vaya en dirección contraria al adiestramiento a que se le ha sometido, normalmente llevado a cabo, principalmente por las cadenas de televisión.
La desprogramación de estos individuos es sumamente problemática y en un gran número de ocasiones requiere que se lleve a cabo por profesionales, y ni así está garantizado el éxito.
Un individuo, se considera que está totalmente programado, cuando antepone el cumplimiento de lo políticamente correcto que le ha llegado a través de los mensajes vertidos por los medios y los pone por encima de su interés personal, el de su familia o el de su país.
Históricamente los medios de comunicación masivos, ya demostraron una alta eficacia en la manipulación de la opinión pública en general, con la propaganda y la manipulación mediática, se han justificado guerras, crisis financieras artificiales, invasiones etc.
Los psicólogos utilizan el término «socialización» al proceso por el cual los niños son preparados para pensar y actuar de la forma que interesa al Nuevo Orden. A una persona se la describe como bien socializada, si obedece el código moral de la corrección política.
Muchos ciudadanos están tan socializados, que nunca analizan si lo que defienden le perjudica o les beneficia a él, a su familia o a su país, simplemente se limitan a buscar en los medios la ratificación a su comportamiento. La persona sobresocializada, pasa su vida, deslizándose por los carriles de la corrección política que se le ha impuesto desde la Industria Cultural, principalmente la Televisión aunque desde hace un tiempo se está intentando incorporar la enseñanza primaria para adoctrinar en el multi-culturalismo y la ideología de Género, a los niños, también según algunos expertos, alertan sobre la utilización de algunas series de dibujos infantiles para los mismos fines.
Se está llegando a extremos de padres encarcelados porque se niegan a que la educación moral de sus hijos la impongan los estados, naturalmente se entiende que estos padres son absolutamente refractarios a la sugestión que imponen desde los medios audiovisuales que componen una parte muy importante de la Industria Cultural.
Una de las partes más importantes de la manipulación social, es vender que se hace por el interés general, y sobre todo por derechos irrenunciables de minorías victimizadas.
Estos mensajes se lanzan desde los medios más vistos, escuchados y leídos y por personas que se suponen expertos y cultivados y se venden como imprescindibles para un estado moderno y civilizado, pero lo real, es que a quienes conviene de verdad es a las élites dominantes, aunque ellos lo transforman utilizando sus medios, en conveniente para todos.
Se procura que el aspecto emocional se imponga al reflexivo o racional, y de esta manera queda anulado el sentido crítico del individuo.
Para que se acepte una medida inaceptable, se utiliza la estrategia de la gradualidad, es decir, aplicando estas condiciones inaceptables en pequeñas dosis y a lo largo del tiempo.
Los niños son el blanco predilecto para el lavado de cerebro perpetrado por los sionistas. Así, por ejemplo, hace algún tiempo se dio el caso de una profesora que fue despedida en una guardería del Reino Unido por negarse a adoctrinar a los niños con un cuento de un canguro que tenía dos «papás». Y si buscamos en cualquier librería cuentos para niños según su edad, nos encontramos con uno titulado «Cuentos para niños a partir de dos años» en el que aparece un dibujo en el que un osito está tendiendo un jersey con los colores del arcoiris, que, como todos sabemos, desde hace tiempo ha sido usurpado por el movimiento homosexual como símbolo de sus «reivindicaciones». Si todo esto no es adoctrinamiento de los niños, ¿qué cojones es?
Aquí en Castellón bombardean a los niños constantemente con «jornadas interculturales» para que acepten alegres la invasión del tercer mundo. Vergonzoso. Enhorabuena por el artículo.
Estos ingenieros sociales pueden desconocer la palabra dignidad inherente a la persona. Estamos ante personas que, si son corruptas, enferman a inocentes. Una persona debe de ser protegida con los Derechos Humanos Universales de estas actividades.