Vaya por delante nuestra solidaridad con los refugiados, con todos los refugiados del mundo, que son las primeras víctimas de unas guerras que les obligan a huir de sus países. Pero no nos dejemos engañar, porque siguiendo un plan marcado por los EE.UU. los refugiados están siendo canalizados hasta el corazón de Europa, uniformados, provistos de chalecos salvavidas, de móviles, usando facebook, twitter y skype, y contando, por supuesto, con todos los medios de comunicación –o propaganda- al unísono, que abren portadas e informativos con el tema de los refugiados, lo que ya es sospechoso. No es la imagen de los refugiados libios que hemos visto en Egipto, de los que nadie hablaba, huyendo de los bombardeos de la OTAN, harapientos y hasta con la ropa quemada. Se culpa de ello a Siria y a su presidente Bashar al-Assad.

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