El PSOE tiene desde su creación en 1879, un historial delictivo, de latrocinio, corrupción constante, y asesinatos.

Al inicio de su fundación fue una organización marxista y horizontal que secundaba la lucha de clases del proletariado basado en la retórica del Diamat de Plejánov.

145 años han transcurrido y las siglas van en contra de la clase trabajadora y de España. Una organización que se fundamenta al servicio de los intereses bursátiles.

El PSOE está supeditado a la opulencia europea. Nos ratificó en la OTAN y en la Unión Europea en el año 1.986.

El PSOE de Felipe González Márquez es igual de repugnante que el de Pedro Sánchez Pérez Castejón. No ha variado un ápice, simplemente se plegó a la socialdemócracia europea.

Votó favorablemente a la ley de amnistía del año 1.977, en la que se puso en libertad a terroristas y separatistas de ETA, del FRAP, Povlo Galego o el GRAPO, sobre todo y en la que se benefició el verdugo de Melitón Manzanas, Francisco Javier Izco de la Iglesia.

¡Qué paradójico!

Los mismos que votaron a favor de la ley de amnistía en el año 1.977 son los mismos que a toro pasado pactaron con los separatistas al igual que el partido popular de Aznar que llegó a condenar el 18 de julio, y retiró la medalla de víctima del terrorismo a Manzanas, poniéndole un cadalso como a sus verdugos.

Al igual que Fraga Iribarne, el tecnócrata del régimen anterior que presentó al genocida de Paracuellos del Jarama, Santiago Carrillo, en el club siglo XXI y conversó amistosamente con Pujol en la cena de suscriptores del panfleto ABC.

En lo que respecta en geopolítica, el Partido Socialista se pone de perfil en lo que respecta al casual Belli de Palestina y Ucrania. Tanto Borrell como Albares son cómplices del anglosionismo, y vasallos de la OTAN liderada por Stoltenterberg, laborista nórdico.

Parafraseando a Vázquez de Mella: no se puede poner tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias.

El Partido Socialista es igual de miserable con Sánchez Pérez Castejón, González Márquez, Almunia o Rubalcaba. Una organización delictiva y traidora desde sus militantes y simpatizantes hasta su ejecutiva federal.

Partido socialista: corrupto, globalista y principal inductor del desguace de España.

El Partido Socialista debe de ser erradicado por constitucional, traidor a las clases populares y a la nación, pues es una organización antiespañola sometida a los intereses espurios extranjeros que promueven el rupturismo y el separatis,o de la quimera distópica de «EuskalHerria, y los países catalanes».

Ni separatismo, ni constitucionalismo: Patriotismo social y orgánico de carácter corporativo.

Nico Muñoz