Hay dos temas sobre los que ningún partido político, salvo Democracia Nacional, te hablará con claridad. Y es de una importancia tal tratarlos, que cualquier conversación política en la que no se tengan en cuenta ambos factores, prácticamente quedará invalidada por incompleta, pues estará viciada desde la base.
Esta «democracia» tiene unas características muy complejas, y si no las comprendemos, no haremos sino gastar energía como hace un hámster sobre la rueda giratoria de su jaula, es decir, moviéndonos sin avanzar y, lo que es peor, sin abandonar la jaula.
El primer tema intocable es el de la masonería. Más concretamente, la pertenencia a sociedades secretas de una clase política dirigente junto a periodistas, banqueros, grandes empresarios y otras personas relevantes socialmente, donde todo lo que sucede está decidido de antemano en reuniones secretas y con ritos muy concretos donde, con total sumisión jerárquica y totalmente ajena a cualquier votación popular en referéndum, se decide la vida hasta detalles mínimos de los gobernados en «democracia».
Una vez acordado esto, esos representantes de TODO el espectro político, desde la derecha hasta la izquierda, junto con todo el ruido mediático del resto de personajes influyentes, escenifican de cara a un público ignorante que cada cuatro años cree decidir lo acordado. De esta manera, los parlamentos se convierten en teatros y los medios de comunicación en la música de fondo que nos meta en el papel para asumir mejor la obra.
Nunca olvides que, cuando no se habla de esto, o se es ignorante o se forma parte de la estafa.
El otro tema tabú es la infiltración y participación directa de diferentes servicios de inteligencia, tanto nacionales como extranjeros, que actúan para proteger a un sistema que se blinda y para influir decisivamente en los acontecimientos para que sucedan cosas que al final consiguen que nada cambie.
Son de hecho los «fontaneros» que hacen el trabajo sucio y los encargados de tejer una extensa red capaz de abarcarlo todo. Los chicos de los recados de la mafia que, a su vez, depende de la masonería que hemos mencionado antes. Todo esto, por supuesto, sin que el votante de a pie sea consciente y la función se represente sin contratiempos o, al menos, sin contratiempos no previstos.
Cuando se niegue esto, sospecha, porque o tratas con una oveja ignorante o con un cómplice en activo, de forma directa o indirecta.
Esta red extensa tiene en nómina a mucha gente. Son los traidores de nuestro tiempo. Es importante recalcar que muchos de estos servicios de inteligencia trabajan en España para intereses extranjeros y contra la propia España, con su propia red de traidores a sueldo.
Cuando ya hemos señalado ambos temas «tabú» y teniendo en cuenta que me dirijo al área denominada patriota, donde la totalidad de nuestros referentes políticos pasados, auténticos ideólogos de la resistencia nacional, ya advertían y señalaban estos peligros y conspiraciones, e incluso nos señalaban el camino a seguir para hacerles frente con garantías, no se entiende que, precisamente en este área nacional, no sólo no se traten estas realidades o se traten sólo las del pasado evitando entrar en el barro actual, sino que se nieguen y se sigan estrategias enfocadas a que el tema ni se mencione.
Solo Democracia Nacional denuncia esto SIEMPRE y es de justicia reconocerlo. Todos los demás militantes de otros partidos deben exigir a sus líderes que esto se denuncie. Los mismos militantes deben hacerlo y se debe crear un debate abierto y continuo acerca de esto. Cuando no lo hacemos, estamos dando por buenos los argumentos del sistema.
Estamos aceptando que esta farsa que nos venden como democracia es verdadera y, con ello, estamos no sólo legitimando a las élites que gobiernan desde las sombras, sino que estamos siendo cómplices.
Siguiendo con la argumentación, quiero denunciar también otra forma de actuar que últimamente prolifera mucho en el área patriota, aprovechando el anonimato de las redes sociales. Pensemos algo. Cuando los patriotas defendemos ciertas posiciones como, por ejemplo, la unidad de España frente a los separatismos, el sistema se defiende usando su tesis/antítesis. Siempre es el mismo truco. Por un lado, los separatistas, apoyados por la izquierda, tergiversarán hasta el infinito la historia para justificar su «lucha». Por el otro lado, la derecha liberal aparentará defender la unidad con argumentos tan poco sólidos, repugnantes y sibilinos como que con la independencia «seríamos más pobres». Dejan la puerta abierta a que, con la debida financiación, sí sería aceptable la independencia. Dejan entrever, una vez más, que en su defensa a ultranza del capitalismo neoliberal, todo, hasta la unidad de España, tiene un precio. Pero bien, esta derecha liberal y estos separatistas, junto a la izquierda, pertenecen a las mismas Logias Masónicas y obedecen a los mismos Amos. Simplemente interpretan melodías diferentes, como quien escucha solamente la mano izquierda de un pianista o solamente la derecha. Cuando une los sonidos de ambas manos es cuando realmente suena la canción completa. Es cuando se comprenden ciertos giros en las diferentes manos….
Pero claro, hay temas como los dos tabús que menciono, para los que el sistema no puede utilizar a la izquierda o la derecha para contrarrestarnos. No, porque rápidamente quedarían en evidencia reconociendo implícitamente que están defendiendo el ocultismo de sus políticas de espaldas al pueblo. Recordemos aquí la frase de que el mayor éxito del diablo fue convencer al mundo de que no existía. Esto es igual, sólo con tratar el tema les truncamos el plan. Igual que los vampiros, necesitan de las sombras y la oscuridad para actuar. La luz les destruye y estoy proponiendo abrir las cortinas e iluminar el salón.
¿Cómo hace entonces esta gente para combatirnos? Pues muy sencillo. Utiliza el «fuego amigo». Esto es, no nos da la oportunidad de establecer dos bandos diferenciados en nuestra lucha, donde estemos, por una parte, los patriotas y, por otra, el sistema y sus diferentes caras. No, porque nos daría un espacio político peligrosísimo para sus intereses y se pondrían en peligro los pilares de su dictadura disfrazada. Para ello utilizan a falsos patriotas. Una mezcla de infiltrados de los servicios de inteligencia que comentábamos, delincuentes con deudas pendientes a los que se les ofrece la traición como forma de saldar la deuda, tontos útiles que repiten como loros las ideas fuerza repetidas y creadas desde oficinas oficiales, basura intelectual y moral que vé en el patriotismo y la ventaja de las redes sociales una forma de crearse el personaje virtual que, de otra forma, jamás sería, etc….. Toda esta masa amorfa es la encargada de evitar que el patriotismo aborde estos dos temas tabú. Su técnica consiste en intentar ridiculizar la idea de denunciarlo públicamente, usando una mezcla entre mofas, desvío de atención, descalificaciones personales de quienes sí lo denuncien, ataque a las siglas que se atrevan a enfrentar el problema, creación de corrientes «patriotas alternativas» para fraccionar aún más…Muy chocante es la idea tan de moda entre determinados elementos más que sospechosos de crear siglas antisiglas que convergen en nuevas siglas. Este es quizá el colmo de las técnicas utilizadas. Les veréis defendiendo perritos abandonados o mil proyectos , llamandose así mismos patriotas, pero JAMÁS abordar los tema tabú. Es más, disparan contra quien sí lo haga. Para ello, utilizan los calificativos contra nosotros de secta, conspiranoicos, obsesión con el sionismo, etc. Es quizá la prueba más clara de a qué intereses sirven realmente pese al disfraz. ¿Por qué utiliza contra nosotros el sistema el «fuego amigo»? Para desligitimarnos frente a los nuestros y evitar que el pueblo nos vea como opción real.
Estas ratas disfrazadas también utilizan otro argumento por el que son fácilmente reconocibles. El argumento de la falta de resultados electorales, invitando a la rendición por falta de avance en cuanto a cuota de poder institucional. Fijaos lo repugnante del argumento, que no sólo valida los resultados por encima del ideal y a cualquier precio, sino que da por buena la esencia del sistema y su obra para perpetuarse, que es este juego democrático viciado. Jamás apoyan a quien lo enfrenta sino que lo difaman e insultan invitándole a rendirse por la «falta de resultados». ¿Os imagináis qué les hubieran dicho estas ratas a los últimos de Filipinas sitiados en Baler? Si hubiesen existido redes sociales seguro que les hubiesen hecho montajes burlándose por lo inútil de su resistencia, su aspecto demacrado, su «sectarismo» y su «falta de resultados». Así son estas ratas, y la red su alcantarilla preferida.
Pido a todos los patriotas una reflexión sobre esto y a todos los militantes que propongan un debate abierto y continuo sobre los dos temas tabú. También pido inteligencia y astucia tras la reflexión meditada, acerca de las actuaciones de los falsos patriotas. No todo el que dice ser patriota lo es. No seamos ingenuos y estemos a la altura de las circunstancias en este siglo, porque los tiempos nos demandan resistir aquí y ahora y el enemigo actúa así. Un saludo a todos y ¡traidor quien ceda! ¡Arriba España siempre!
Que Dios nos ayude.
Jorge del Valle, jefe de seguridad de Democracia Nacional
Ya sabemos, quienes queremos saberlo, que los fontaneros están en todos los grupos patriotas, que si esto está tan mal es porque llevan años y años manipulando, destruyendo, enfrentando, todo lo que se pudiése hacer, pues a por ellos, que se vean señalados y tengan que alejarse con el rabo entre las piernas, vamos a ser valientes y empezar por algo tan importante.
La Masonería ha hecho mucho daño en los últimos siglos en Occidente.
Pero, sin duda, muchos maestros de Oriente fueron llamados a influir en las leyes de la Constitución Española del 78. Era un paso previo para abrir a España al mundo avanzado, y aceptar imposiciones de poderes financieros y de poder mediático ; sobre todo procedentes de Estados Unidos de América : foco de judeo-masones.
Ánimo y viva España, aún tenemos gente patriota de verdad, pero será difícil con generaciones adoctrinadas por La Masonería Internacional en España.