Desde DN vemos con enorme preocupación el éxodo y la invasión de inmigrantes venezolanos hacia España que puede producirse los próximos meses. Se ha publicado en prensa que todos los vuelos en clase turista Caracas-Madrid ya están reservados y completos para los próximos seis meses. Ya sabemos de sobra que no son turistas reales, sino simples inmigrantes que vienen a quedarse en España. A lo que hay que sumar las medidas anti-inmigración de Donald Trump por las que 350.000 venezolanos van a tener que abandonar Estados Unidos. Muchos de ellos también querrán viajar a España.

A esto hay que añadir los vuelos de otros países de Sudamérica y Centroamérica, que seguirán llegando en masa como viene ocurriendo desde hace 25 años y, en especial, desde hace 5 años, etapa en la que la invasión de ciudadanos del continente americano se ha acelerado de manera exponencial, lo que está empezando a colapsar el transporte, servicios públicos enteros y el mercado de la vivienda en cada vez más zonas de España. Aparte los problemas de convivencia, de incivismo, los ruidos y al auge de las bandas latinas. No, ni son españoles ni tienen nuestras costumbres y cultura. Y nos da igual si vienen a trabajar más o menos. Esa no es la cuestión de fondo. La cuestión es que Madrid y cada vez más zonas de España se están sudamericanizando a marchas forzadas. Y esto no es Sudamérica. Esto es España.

Y ya que VOX, en esta cuestión, ha decidido alinearse con Esquerra, Bildu, Podemos, Sumar y el PSOE y callar ante esta invasión que representa el 80-90% de la inmigración que está llegando a España, pues alguien tiene que decir algo, y ese alguien es Democracia Nacional, que tiene claro cuál es la solución: prohibir todos estos vuelos, sin más. No solo desde Venezuela, sino también desde Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Honduras, República Dominicana y todos estos países. Para empezar durante los próximos 6 meses, y luego ir aplicando prórrogas sucesivas mientras sea necesario. Por contra, hay que aumentar los vuelos desde España hacia aquellos países en los que se deporte a toda la inmigración que sobra, que cada vez es más numerosa.

Y empezar a exigir responsabilidades al Ministro del Interior. Y animar a algún bufete de abogados valiente a que se anime a denunciar a Marlaska por dejación de funciones y presunta prevaricación, porque sabiendo perfectamente que todos estos “turistas” en realidad no lo son, aun así les deja quedarse en España, pasar a la ilegalidad y no hace nada luego para localizarles y repatriarles de manera inmediata.

Esta invasión tiene que terminar de una vez. No a las pateras del cielo.