El pasado sábado 15 de noviembre el profesor Javier Barraycoa presentó su último libro, “Doble abdicación” en el Centro RECONQUISTA de Castellón. Además, Barraycoa nos sorprendió con otro libro más: “El último catalán”, una parodia en clave de humor de una supuesta Cataluña independiente.

Empezó el profesor Barraycoa hablando sobre los antecedentes monárquicos en España. Dicha institución existe en España desde tiempo de los visigodos. Es por ello que, de manera errónea, mucha gente identifica el proyecto de España con la institución monárquica, por lo que no aceptan las críticas a la Corona, incluso cuando las críticas son merecidas.

Pasó después a hablar sobre los Borbones, en concreto de sus reinados durante el siglo XIX, un siglo en el que apareció el liberalismo. Cuando dicho liberalismo se radicalizaba en exceso, los monarcas adoptaban una pose más tradicionalista y, al contrario, en ausencia de clima revolucionario, los monarcas presentaban una cara más moderna. Esta situación siguió durante el siglo XX.

Entrando ya en la figura de Juan Carlos, el ponente declaró que la legitimidad del que después sería rey viene de Franco, ya que fue una ley del régimen anterior la que le nombró sucesor en la línea dinástica. Aún así, el joven Juan Carlos no era aceptado por ninguno de los grupos de poder existentes en aquel momento, especialmente los carlistas y los falangistas. Se habló del trágico y extraño suceso de la muerte del hermano pequeño de Juan Carlos, muerto de un disparo en la cabeza supuestamente “accidental” por parte de su hermano mayor.

Con un Franco agonizante, Juan Carlos le pasa constante información a sus valedores, los Estados Unidos, del estado de saludo del general. Incluso una vez proclamado rey, hace lo mismo durante el conflicto del Sahara. Durante la transición son los Estados Unidos su principal apoyo. Le interesa a este país implantar un régimen bipartidista en España para tener controlado al país. Para eso se llevan a cabo dos operaciones. La primera, eliminar a las opciones políticas que no aceptaban la nueva situación y que contaban con bastante apoyo popular. Esto se llevó a cabo a través de atentados de falsa bandera realizados por los servicios de inteligencia para desacreditar ante la sociedad española a los movimientos carlista y anarquista.

La segunda operación fue regar con una lluvia de millones a dos opciones “moderadas” y pro-americanas, como fueron la UCD y el PSOE. Esto se hizo a través de fundaciones alemanas. Más tarde Juan Carlos fue dejando tirados por el camino a antiguos colaboradores, como a Fernández Miranda y Suárez, para pasar a apoyar al PSOE de Felipe González. Al llegar al poder, dicho partido permite las actividades de Juan Carlos en el negocio petrolífero y devuelve los favores a sus antiguos amigos alemanes, en forma de privatizaciones y concesiones públicas a empresas alemanas. En esta época, la corrupción se convierte en un mal endémico.

Finalmente, la misma gran prensa (siempre al servicio de los poderes internacionales) que durante 35 años se había dedicado a tapar los trapos sucios de Juan Carlos decidió cambiar su punto de vista y empezar a hablar de casos como el del yerno del rey y de la famosa cacería en Botswana, situaciones que, sin ser demasiado graves, afectaron a su imagen pública. La situación fue degenerando hasta que el rey, de forma sorprendente, dimite tras una reunión del Club Bilderberg en la que había estado presente la reina Sofía. Esta circunstancia no puede ser casual, por lo que el autor sugiere la posibilidad de que los poderes globales hayan decidido finiquitar la institución monárquica en España para dar paso a una segunda transición en España, algo que habría sido aceptado por el propio rey Juan Carlos. Se veía venir después de que el ex-rey aceptara casar a sus tres hijos con personas de sangre no real, algo que en una dinastía tan antigua como los Borbones se considera como una renuncia a su continuidad. De ahí el título de “doble abdicación”, ya que Juan Carlos no sólo habría renunciado al trono para sí mismo, sino también para su descendencia.

En el turno de preguntas se habló algo más sobre los grupos de poder como la Comisión Trilateral. El papel que este grupo en concreto jugó durante la Transición, de cómo los supuestos autores de la Constitución recibieron el texto casi escrito desde fuera, de cómo dichos autores no habían incluido, de manera deliberada, la palabra “Nación” para referirse a España en el borrador de la Constitución y de cómo estos grupos de poder mundial han decidido cargarse Europa (en especial el sur de Europa), al considerar que en el futuro los centros de decisión de poder político y económico estarán situados en otros puntos del mundo.

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