Se está negociando actualmente un nuevo tratado de libre comercio entre Europa y EEUU, el TTIP (Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión). Se pretende hacerlo aprobar en 2016. Por supuesto las negociaciones se realizan en secreto y sin dar publicidad, a espaldas de los interesados que sufrirán las consecuencias, los pueblos de Europa. Si sabemos algo es porque está naciendo un movimiento de rechazo ante este enésimo atropello, sin precedentes, que quiere perpetrar la casta de eurobandoleros burócratas de la UE; prontos a vender a su misma madre para satisfacer los intereses de las lobbies que son las que mandan, cada vez más, en esta triste farsa a la que ha llegado la llamada democracia.

El Tratado da a las empresas multinacionales una soberanía al mismo nivel que el de los Estados. No se trata de que defiendan sus intereses por medios comerciales o económicos, lo cual evidentemente tienen derecho de hacer y han siempre hecho –soy libre de hacer o no negocios contigo- sino de darles una herramienta legal que puede negar a un Estado y a su Gobierno el derecho a una gestión de su país que no sea del agrado de la multinacional.

Este es plato envenenado que están cocinando para nosotros nuestros gobernantes. Un sistema de élites internacionales y centros de poder que se reparten el mundo, los nuevos amos para quienes el territorio, la identidad, las patrias y los pueblos no significan nada, nada más que coordenadas geográficas y mercados.

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