A la espera del camino que seguirán los golpistas aún en libertad y actuando con total impunidad, el pueblo español ha asestado el golpe más duro que podrían haber recibido los separatistas. Entre todos hemos forzado que pequeñas y grandes empresas abandonen Cataluña, que la Cataluña oprimida y silenciada alce la voz y saque su bandera de España diciendo alto y claro que Cataluña es España. La España patriota ha resurgido de sus cenizas y ha inundado cada plaza y cada calle negándose a ser destruida y haciendo ver a los separatistas que sin España no son nada.
En un principio ninguna fuerza política con representación parlamentaria apoyó estas protestas ni quiso movilizar a sus votantes hasta el punto de que una de las consignas más repetidas estos días ha sido “donde están, no se ven, los traidores del PP”, es más, el gobierno del PP ya ofrecía más concesiones a los separatistas para que cesasen en sus intenciones, pues no querían un resurgir patriota que acabara con los planes de estas élites globalistas que pretenden crear una Europa de miniestados sin soberanía a merced de los mercados.
A día de hoy tanto PP como ciudadanos han decidido apoyar tímidamente este movimiento popular y digo tímidamente porque tienen miedo del poder que pueda alcanzar el patriotismo que ellos mismos llevan años apagando para debilitarnos y desunirnos como pueblo. ¿Os imagináis esta respuesta cada vez que han cedido ante los separatistas? ¿Cuándo permitieron a ETA a entrar en el parlamento? ¿En cada caso de corrupción? ¿En cada desahucio?
Hoy más que nunca necesitamos mantener vivo ese patriotismo que siempre ha sido calificado de fascismo, nacismo, anticuado, etc. Si lo mantenemos vivo no solo habremos dado un golpe mortal al separatismo, también se lo habremos dado a las élites financieras para las que trabajan nuestros políticos.
Lamentablemente la casta política del 78 de los del PP, Ciudadanos y PSOE se ha apropiado del éxito de la multitudinaria manifestación de Barcelona. Lamentables discursos de Vargas Llosa y Borrell. El primero empezó su discurso metiéndose con Franco mientra García Albiol (el del PP) metía la cabeza para chupar cámara. Después Borrell ondeaba una bandera de la UE, que no se qué pintaba hoy, hacía callar a la multitud que gritaba «Puigdemont a prisión», pedía que comprásemos «cava catalán» y terminaba su discurso mundialista sionista pidiendo la eliminación de las fronteras de la Tierra. Increíble y lamentable. Mientras, los comentaristas de radio y tv que retransmitían el evento haciéndoles la ola a los políticos como si hubiesen organizado ellos la manifestación y no la sociedad civil. Qué triste.