El pasado sábado 28 de mayo Barcelona se despertaba nublada, pero esas nubes dieron paso a un cielo azul y despejado. Miles de ciudadanos catalanes salían a la calle y también, desde distintas ciudades españolas, otros cientos de legionarios y  miembros de las fuerzas armadas llegaron para unirse al llamamiento que la Hermandad de antiguos caballeros legionarios de Barcelona había hecho. Un importante grupo de militantes de DN en Barcelona, como no podía ser de otra manera decidimos apoyar la manifestación sin siglas ni banderas políticas.

La hermandad corre peligro, desde la alcaldía quieren expropiar sus terrenos y desahuciarlos. La hermandad se sitúa en el barrio barcelonés de San Andrés, en el número 122 de la Avenida Torres y Bages, fue una cesión del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona que es propietaria de los terrenos, cuya parcela alberga unos antiguos cuarteles militares y ocupa unos 5000m2. Antes de llegar los legionarios y adecentar el lugar lo habitaban unos ocupas. En los últimos comicios municipales, tanto la CUP como Barcelona en Comú, partido que lidera Ada Colau solicitaron que el acuerdo de cesión fuera revocado. Ahí empezó la lucha de la Hermandad para evitar que los echen del lugar.

A las 12 del medio día de ese sábado y después de entonar todos juntos El Novio de la Muerte se emprendió la marcha desde Plaza Urquinaona hasta la Plaza San Jaime, centro neurálgico del poder en Cataluña. Arropados por una inmensa bandera de España y por una Señera al son de la corneta y el tambor todos juntos en un ambiente festivo bajábamos la Via Layetana. A medio camino se hizo un alto, delante de la Jefatura Provincial de la Policía Nacional. Allí miembros del cuerpo de Policía esperaban nuestra llegada, después de que la banda de músicos legionarios tocara el himno de la Policía éstos se fundieron en un emotivo abrazo, todos somos hermanos dijo uno de los legionarios.
La marcha siguió calle abajo bajo la mirada de viandantes y turistas. Nada ensombreció la mañana, ni siquiera la amenaza de la contramanifestación convocada por grupos antifascistas y de la extrema izquierda, los cuales se vieron obligados a desconvocarla a pesar de estar a escasos metros. La presión policial a la que se vieron sometidos les impidió estropearlo.

Ya en la plaza San Jaime diferentes personalidades dieron sendos y emotivos discursos a favor de la Legión, del Ejército y las ditintas fuerzas armadas y sobretodo por la unidad de España.
Jesús Cañadas, presidente de la Hermandad, le recordó a la alcaldesa de Barcelona la gran labor social que la Hermandad hace en el barrio. Como recogida de alimentos o de juguetes, y un sinfín de actividades para toda la vecindad. Recalcando que jamás han tenido ningún problema con los vecinos y que antes de que ellos llegaran aquel solar era un foco de suciedad y delincuencia.

Siguieron con sus discursos el legionario Florencio Marín, el cuál fue algo más duro al dirigirse a la alcaldesa, recordándole que en Barcelona hay muchos edificios vacíos de los cuales puede hacer uso sin tener que echarlos de dónde están..
También el Teniente Coronel Recena habló y el historiador Javier Barraycoa. No faltó el Padre Custodio Ballester, párroco de la Iglesia la Inmaculada Concepción de Hospitalet del Llobregat que ya se encontró con la negativa del consistorio en la pasada semana santa a dejar sacar el paso del Cristo de la buena Muerte desde su iglesia. Todos coincidían en lo mismo, una petición clara y firme, que no los expulsaran de dónde están.
Acabando los discursos el general Blas Piñar que recordó de la grandeza de España y la enorme labor de la Legión y las Fuerzas Armadas hacían aquí como en el extranjero.
Al grito unísono de Viva España y Viva La Legión acababa la manifestación sin ningún tipo de incidente.

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Una muestra de fervor popular pero el silencio en los medios ha sido la tónica habitual.