02 de febrero de 2018
Enfrentamientos entre refugiados afganos y africanos dejaron ayer 18 heridos, entre ellos cinco graves por disparos, en Calais, una ciudad portuaria al norte de Francia y frente a la costa inglesa, emblemática de la crisis migratoria en Europa.
El ministro del Interior francés Gerard Collomb viajó a la zona anoche para reunirse con las autoridades. «Este es un nivel de violencia nunca antes visto». En total, cinco inmigrantes resultaron con heridas de bala, cuatro de ellos muy graves y debieron ser operados de urgencia. El quinto tuvo que ser trasladado a la ciudad de Lille (norte). El resto de los heridos sufrió traumatismos y heridas menores por el uso de armas blancas en esta violenta reyerta que comenzó por el reparto de comida según fuentes judiciales. Sin que fuentes policiales hayan aclarado todavía como puede ser que los “refugiados” posean armas de fuego.
Unas 22 personas fueron hospitalizadas el jueves
El “pronóstico de vida es reservado” para cuatro de los heridos de bala, jóvenes de entre 16 y 18 años de Eritrea, dijo una fuente de la fiscalía local. Se trata del peor balance desde el 1 de julio de 2017, cuando las peleas entre diferentes grupos étnicos dejaron 16 heridos. En términos de víctimas, “volvimos a una situación que es muy similar a la de 2015”, año en que se creó el campamento conocido como La Jungla, desmantelado en octubre de 2016, comentó una fuente judicial.
Dos policías también resultaron heridos durante los enfrentamientos.
Según la fiscalía «La policía intervino para proteger a los migrantes afganos que enfrentaban de 150 a 200 migrantes eritreos», dijo la prefectura local, y agregó que se están desplegando refuerzos de seguridad en la zona. Todo comenzó cuando un afgano disparó.
Estos enfrentamientos pueden haber surgido por ajuste de cuentas entre grupos de traficantes. Alrededor de 800 refugiados viven en la actualidad en Calais, según las asociaciones en la zona. La mayoría provienen de Etiopía, Eritrea y Afganistán pese a que el presidente de Francia Emmanuel Macron prometió a mediados de enero en un discurso en Calais, que “en ningún caso” dejará que se vuelva a formar una “Jungla” en ese puerto, refiriéndose al enorme campamento de más de 8000 refugiados que fue desmantelado en 2016. Los que quedan actualmente han estado viviendo en el bosque y se enfrentan regularmente a la policía.
Estas noticias reiteradas hacen bueno el dicho de que se puede sacar al salvaje de la jungla pero no la jungla del salvaje.
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