El demógrafo Alejandro Macarrón, responsable de Estudios y Análisis Social de CEU-CEFAS, ha analizado los datos de población del Instituto Nacional de Estadística (INE) y ha llegado a la conclusión de que, de seguir las actuales tendencias demográficas, los españoles serán minoría en su propio país en el año 2045, en algunas provincias el fenómeno se producirá incluso antes.

Es el Gran Reemplazo que muchos llevamos años denunciando y soportando todo tipo de acusaciones de estar inventando “teorías de la conspiración”, pero la realidad es tozuda y no hace falta ningún demógrafo para alertar de lo evidente. Solo hace falta salir a la calle para comprobar que los españoles están desapareciendo, que cada vez hay menos y, por contra, cada vez se ven más extranjeros por todas partes. Es un genocidio y un reemplazo poblacional en toda regla, que no tiene pinta de ir a menos. Más bien al contrario, teniendo en cuenta las proyecciones demográficas de África para las próximas décadas.

Es totalmente increíble el daño que el régimen constitucional del 78 le ha hecho al pueblo español. Han sido muchas sus traiciones pero únicamente esta demencial política anti-familia, anti-maternidad, de hacer todo lo posible para que los jóvenes españoles no tuvieran hijos, al mismo tiempo que han abierto la puertas a millones de inmigrantes, ya justificaría la desaparición de este régimen podrido. Y no es una forma de hablar. Hay que acabar con el R78, es condición imprescindible si queremos salvar España.

La inmigración más peligrosa es la legal que no delinque.

La segunda condición es entender lo que somos, quiénes son los auténticos españoles, qué es una Nación y por qué España es el solar histórico de los españoles y nuestra obligación es que siga siéndolo. Darles una oportunidad a los niños españoles, que van a pasar un auténtico infierno durante este proceso de transición de un país europeo del primer mundo a otro afro-mestizo-musulmán del tercer mundo, con auténticas oleadas de millones de inmigrantes llegando a nuestro país con un importante resentimiento hacia todo lo que sea español, europeo y blanco ¿qué futuro les espera a los hijos e hijas de España siendo una minoría rodeados de hordas de extranjeros que les desprecian y con impunidad y barra libre para actuar contra ellos debido al racismo anti-blanco sistémico?

La tercera condición es entender que nada justifica que estas oleadas de inmigrantes vengan a España. Tampoco que vengan a trabajar. Esto es una cuestión etno-cultural de supervivencia de un pueblo, no económica, y si la población española decrece por la baja natalidad la economía tendrá que decrecer al mismo nivel. Esa es la solución.

Ya no se trata de un problema de yihadismo, de delincuencia, de bandas de violadores o de bandas latinas. O de inmigración ilegal. Hemos de denunciar también todo eso, pero si el problema es de reemplazo étnico masivo hay que entender que la mayoría de los extranjeros que lo llevarán a cabo serán legales que no delinquen, bastantes de ellos incluso trabajarán. Pero da igual, tampoco evitarán la degradación de nuestros barrios ni su conversión en barrios que nada tienen que ver con la identidad histórica española.

Especialmente grave es la inmigración que está viniendo desde Sudamérica y Centroamérica en avión, que lleva entrando en masa hacia España desde hace 25 años, pero que en los últimos 5 años ha alcanzado unos niveles de invasión sin precedentes. Y, mientras al menos hay algunos sectores que critican la inmigración afro-musulmana, nadie dice una palabra de la amerindia y afro-caribeña, ni siquiera VOX y sus palmeros, que parecen encantados con esta invasión a la que nunca nombran. Por lo visto, no tendrán ningún problema si los que reemplazan a los españoles de siempre son colombianos, peruanos, ecuatorianos y dominicanos que, visto lo visto, seguirán llegando en masa pues la derecha empresarial tiene en mente llevar a cabo macro-proyectos urbanísticos que necesitan que la invasión de inmigrantes continúe, en especial en Madrid, ciudad a la que estos dementes pretenden convertir en una macro-capital de 10 millones de habitantes al estilo de Nueva York.

España está en el momento más crítico de su historia. Ni siquiera en sus guerras o etapas más difíciles de la historia, jamás afrontó la directa desaparición como pueblo como está pasando ahora, y parece que a la mayoría del pueblo español no le importa. Tendrá que espabilar por las malas y sufriendo, por desgracia. Por nuestra parte, vamos a seguir luchando por nuestro pueblo, por nuestra patria y por el futuro de nuestros hijos. No hay causa más importante en este momento.