Los magrebíes que residen en España, gracias a los políticos que gobiernan y a sus blandas leyes de extranjería, comienzan a medir sus fuerzas con las fuerzas y cuerpos de seguridad de España.

Esta situación se está repitiendo en todo el sur de Europa como ya hemos visto en países como Grecia, donde la policía pedía ayuda en algunas ocasiones a militantes de Amanecer Dorado frente a su imposibilidad numérica contra los inmigrantes.

Por desgracia, en España, todavía tienen que reducir más el número de policías y militares hasta que haya varios heridos de gravedad o muertos en reyertas contra los invasores africanos para que nuestros agentes empiecen a darse cuenta. Y la intención de nuestros gobernantes es clara, ya habrán leido las declaraciones de Pedro Sanchez, actual secretario general del PSOE, cuando dijo que quería desmantelar el Ministerio de Defensa.

Y, por si fuera poco, asistimos a la creación de grupos de policías y militares que apoyan abiertamente y sin ningún pudor a partidos como el recién llegado Podemos, que albergan en su programa propuestas como las de derribar las vallas, las concertinas y también promueven el desarme de nuestros agentes fronterizos.

Ayer mismo, en uno de los asaltos a la valla de Melilla mas violentos de los ultimos tiempos, lanzaron objetos contundentes a los agentes de la Guardia Civil y ropa ardiendo impregnada con gasolina con un resultado final de un agente con traumatismo craneoencefálico al ser arrojado por la turba africana desde una altura superior a cinco metros.

Con este panorama nos enfrentamos al inicio de una serie de incidentes que van a sucederse en nuestro país a corto plazo y a los cuales no estamos preparados para responder.

Con un pueblo adormecido por las drogas y la vida cómoda, sometido y manipulado por el marxismo cultural.
Con unos cuerpos de seguridad con sus mandos antiespañoles y traidores NO PODEMOS ENFRENTARNOS AL TERROR AFRICANO.

Es necesario que recuperemos la autoridad de nuestro ejército y policía, que se depure a los elementos antiespañoles de entre sus filas y, por supuesto, es necesaria una regeneración política en nuestro país, la cual promueva un estilo de vida saludable y la reinstauración del servicio militar obligatorio para nuestros jóvenes.
Toda nación debe contar con un pueblo dispuesto y preparado para defenderla.

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