El último número de Panorama Social, publicación editada por Funcas, muestra algunos datos sobre la cantidad de inmigrantes que hay en España y los datos son terroríficos. Casi el 40% de los menores de 5 años que hay en España son extranjeros, porcentaje que baja un poco al 36% en los menores de 20, aunque siga siendo altísimo. Son cifras de auténtico GRAN REEMPLAZO étnico. Hablar a estas alturas de “teoría de la conspiración” es sencillamente ridículo o de ser un traidor que está colaborando con el proceso y quiere que los españoles no reaccionen.
Y debemos reaccionar, cuanto antes. El tiempo se nos echa encima. Según FUNCAS el número de inmigrantes totales real que hay en España se acerca a los 12 millones, casi el 25% de la población. Seguramente sean más. Y es aún peor pues estamos hablando de que los porcentajes más altos se dan en la población fértil o la que será fértil en el futuro. Frente a esto siempre surgen voces que piden subir la natalidad autóctona, y ciertamente debemos hacerlo, pero con realismo, y no se le puede pedir a las jóvenes españolas que entren en una carrera competitiva EN SU PROPIA TIERRA con las sudamericanas, las moras y las africanas (extranjeras que ni siquiera tendrían que estar aquí) de a ver quién tiene más hijos , porque es una carrera que en este momento no pueden ganar. Debemos subir la natalidad, pero si de momento conseguimos volver a la tasa de reemplazo de 2 hijos por mujer y estabilizar la población ya podemos darnos por satisfechos.
Lo que hay que evitar es esa competición que hoy en día está perdida, simplemente repatriando en masa a los millones de inmigrantes que sobran y aceptando que la población española que se quede va a sufrir un descenso radical. En unas pocas décadas podemos bajar fácilmente de los 20 millones de habitantes, incluso menos. ¿es recomendable? en principio no, pero ¿es un gran drama que haya que evitar reemplazando a los españoles por inmigrantes? para nada, eso es mucho peor que el descenso de la población.

Hay que aceptar el decrecimiento de la población y su consecuencia inevitable: el decrecimiento económico y el cambio radical de toda la estructura público-privada de España, que es lo que el R78 quiere evitar a toda costa. Y habrá que elegir: mantener esa estructura importando millones de inmigrantes o reducirla de manera radical y que España siga siendo España. Nosotros apostamos por lo segundo. España no es un mercado de trabajo que tenga que traer inmigrantes en masa para mantener el PIB. Miles de empresas tendrán que cerrar, igual que miles de colegios y de institutos. Miles de pueblos tendrán que ser abandonados. Esto solo podrá hacerse con una economía de guerra y con una fuerte intervención del Estado que plante cara al mercado, que es uno de los principales interesados en continuar con el Gran Reemplazo.
Y ese Gran Reemplazo lo llevará a cabo la inmigración más peligrosa de todas ¿la ilegal?¿la yihadista?¿los violadores, las bandas latinas? no, la inmigración LEGAL que (más o menos) se integra. Esa es la inmigración más peligrosa, porque es la mayoría y la que protagonizará el reemplazo de los españoles destruyendo la España de siempre y convirtiéndola en un cruce entre África, Sudamérica y el Islam. Ya no tiene ningún sentido diferenciar entre legal e ilegal.
Hay que cambiar la mentalidad de manera urgente. Hay que extirpar de la población española todos los virus ideológicos que la están destruyendo: el izquierdismo, el antirracismo, el liberalismo, el universalismo, el buenismo…España no es una ONG, no tenemos ninguna obligación hacia ningún extranjero ¡NINGUNA! metámonos esto de una vez en la cabeza. Y España no los necesita. España necesita españoles. España es una tierra y un pueblo, no una hoja excel del Ministerio de Economía ni una empresa privada en la que haya que cuadrar las cuentas.
Nuestra única obligación es con los auténticos españoles y, especialmente, con las generaciones más jóvenes que van a tener que convivir con estas oleadas de extranjeros a diario. En esas condiciones, la calidad de sus vidas puede ser desastrosa, teniendo que enfrentarse a situaciones de minoría sin identidad y desarraigada frente a unas bandas de extranjeros que sí mantienen su cohesión étnica. Ya hemos visto lo que le ha pasado a la chica ucraniana en el vagón de metro de Charlotte, asesinada por un criminal de raza negra mientras el resto de personas que había en el vagón (también de raza negra) mostraban una indiferencia absoluta.
Nadie va a tener empatía por nuestros descendientes el día que sean una minoría en su propio país. Nadie hará “leyes de odio” para protegerles. Nadie moverá un dedo por ayudarles. Los adultos de hoy hemos de hacer todo lo posible para que no lleguemos a ese punto sin retorno. España no puede ser otra Francia, ni otra Centroamérica, ni otro Marruecos. España solo puede ser ESPAÑA. Es nuestra OBLIGACIÓN actuar. Hemos de ayudar a nuestros jóvenes a recuperar el sentido identitario y comunitario de ser español y de ser europeo. De lo contrario, estamos condenados a la extinción.
Miguel Blasco (Secretario General DN)

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