MÁS QUE PALABRAS. Dirigido por LUIS MATEOS, emitimos desde nuestro canal de Ivoox DN Radio
En el programa de este domingo trataremos los últimos atentados y disturbios acaecidos en Europa: nuevos datos sobre el atentado de Niza, atentado islámico en un tren en Alemania, disturbios raciales en Londres Y EL ATENTADO DE ÚLTIMA HORA EN MUNICH… También analizaremos la reacción del presidente Erdogán tras el golpe de estado, así como la nominación de Donald Trump como candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos y su programa electoral.
Esta semana analizaremos el salvaje atentado de NIZA perpetrado por un militante islámico, así como el último atentado en la capital Bávara, también las reacciones de los medios y de la clase política y las soluciones que proponemos ante la ofensiva islámica contra Europa. Analizaremos el viaje de Barack Hussein Obama a Europa y a España en particular.
Contaremos para ello con la presencia de los colaboradores: Aida Martínez, Max Romano y Fernando Rodríguez.
SANTIAGO APÓSTOL
25 Julio
Patrón de España
Las angustias presentes nos obligan a levantar nuestros ojos y nuestros corazones hacia la gran figura de Santiago el Mayor, Padre, Fundador y Patrono celestial de la Iglesia Española, en busca de aliento, consuelo, protección y esperanzas.
Nuestro Apóstol, en el breve espacio de los nueve años que transcurrieron entre la muerte de Jesucristo (año 33) y su martirio en Jerusalén (año 42), supo hacer honor al sobrenombre que le había puesto su Divino Maestro, cuando le denominó «Hijo del Trueno».
Caballero andante de Cristo, se alejó de la Palestina y de las regiones colindantes, mucho antes que ningún otro Apóstol, y, en una correría evangélica tan rápida como arrolladora, llegó hasta el confín del mundo entonces conocido, recorrió a lo largo y a lo ancho la Península Ibérica, y fundó en ella la Iglesia Española, que había de ser a su vez, con el tiempo, Madre fecunda de otras veinte Iglesias, en mundos desconocidos de América y Oceanía
Terminada esta gran obra, retornó a la Palestina, cuando aún no se habían alejado de ella los demás Apóstoles, y comenzó a predicar públicamente, en Jerusalén, la doctrina de su Maestro, con tal brío y elocuencia, que mereció ser sacrificado por Herodes Agripa
La paternidad espiritual de Santiago nos impone deberes que fácilmente descuidamos y olvidamos, tanto en España como en América, porque: 1.º, cada Iglesia debe amar y venerar especialmente al Apóstol que la fundó, reconociendo en él a su Padre en Cristo; 2.º, los fieles de cada Iglesia deben imitar especialmente el carácter y virtudes de su propio Apóstol.
La razón de este segundo deber está en que Jesucristo, con la sabiduría infinita de que estaba dotado, preveía las necesidades especiales de cada uno de los pueblos adonde se había de dirigir cada uno de sus Apóstoles, y destinó para ellos al Padre espiritual que más les convenía, sobre todo tratándose de pueblos como el español, que tenían reservadas altas misiones en su Providencia.
Consta por los Santos Evangelios que Jesucristo distinguió con un amor especial a tres de sus Apóstoles: a Simón Pedro, a Santiago el Mayor y a su hermano Juan Evangelista.
Sólo a estos tres distinguió Jesucristo con sobrenombres nuevos, impuestos por El. A Simón le llamó Pedro (es decir, «Cefas», que significa «Piedra»), porque había de ser el Jefe Supremo y «Piedra fundamental» de su Iglesia futura. A Santiago y a Juan los llamó «Boanerges», que quiere decir «Hijos del trueno».
¿Qué representaban estos tres Apóstoles? San Pedro representaba la cabeza del futuro cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia; Santiago y San Juan Evangelista representaban el brazo derecho y el brazo izquierdo de Jesucristo y de su representante San Pedro.
La Iglesia Romana es indiscutiblemente el centro de la Iglesia de Cristo. A los dos lados de la Iglesia Romana se levantan la Iglesia Occidental fundada por Santiago, y la Iglesia Oriental que reconoce como su principal Apóstol a su hermano San Juan.
La Iglesia Oriental tuvo una brillantísima juventud; pero luego decayó lamentablemente, con tenaces herejías y con el funestísimo Cisma Oriental, que todavía dura. La Iglesia del joven San Juan, después de su juventud, fue más bien carga que apoyo para Pedro, y el mismo San Juan abandonó su sepultura del Oriente Cismático y se refugió en Roma, junto al sepulcro de Pedro
La Iglesia de Santiago es la que ha dado mayor número de fieles y de naciones enteras a la Iglesia Romana. Es la que ha mantenido siempre, en conjunto, mejores relaciones y más leal adhesión a la Cátedra de Pedro. Es la que ha defendido a la Iglesia Católica más denodadamente, en las grandes crisis de la historia. Es la primera nación que reconoció prácticamente, desde el año 254, la suprema potestad judicial del Romano Pontífice,
el triunfo decisivo contra el arrianismo tuvo también lugar en España, el año 589, cuando el Rey visigodo Recaredo, con todo el ejército y pueblo germánico arriano que había invadido a España, abjuró sus errores en el famoso Concilio III de Toledo, y abrazó la fe católica de los españoles.
Esta lucha titánica se terminó el mismo año 1492, en que las naves españolas descubrieron un nuevo mundo infiel, que había de ser convertido a la fe de Cristo.
Tampoco es preciso recordar que el predominio creciente del imperio turco mahometano, en el Oriente de Europa, tuvo su tumba en las aguas de Lepanto, bajo el mando del príncipe español don Juan de Austria y por el valor de los marinos españoles, acompañados solamente por los soldados pontificios y venecianos.
Nadie ignora que España fue el muro en que se estrelló la expansión arrolladora del imperio mahometano, que, desde el Africa, había invadido a Europa, a través del estrecho de Gibraltar.
_Victoria del Universalismo Católico_
Dos tumbas, en los dos puntos extremos del mundo cristiano, fueron, como dice Guéranger { L’anné liturgique, XXV juillet.}, en la Edad Media, los dos polos predestinados por Dios para un movimiento absolutamente incomparable en la historia de las naciones.
La tumba de Jesucristo en Jerusalén, y la tumba del Hijo del Trueno en Compostela fueron las que arrastraron hacia sí el corazón de la Europa medioeval, enviando a la primera ejércitos de guerreros y peregrinos, y a la otra ejércitos mucho mayores de solos peregrinos, en que iban confundidos en un solo ideal hombres de todas las razas y naciones, cantando en todas las lenguas las alabanzas de Jesucristo y de Santiago.
Estas dos peregrinaciones dieron origen a las Ordenes caballerescas, destinadas primitivamente a proteger a los peregrinos.
_Derrota de la Idolatría en el Nuevo Mundo_
El vasto hemisferio de América y Oceanía, esclavo de la idolatría, de la antropofagia y de la corrupción moral más degradante, fue puesto por la Providencia en manos de España, para que desterrase de él la idolatría y la barbarie.
España cumplió con su misión de una manera tan rápida y asombrosa que, cincuenta años después del descubrimiento, apenas había sin bautizar más indios que los dispersos en los lugares más inaccesibles. Se cubrió toda América de parroquias, conventos, residencias misioneras, obispados, y arzobispados. Las listas de embarque de pasajeros para América, conservadas en el Archivo de Indias, demuestran que el diez por ciento de todos los que se embarcaban eran misioneros y sacerdotes. En 1649, había en América 840 conventos. Sólo en Méjico, llegaron a contarse, en el momento de la mayor actividad misionera, hasta 15.000 sacerdotes.
En presencia de estos datos, no es de extrañar lo que afirmaba un sacerdote francés especializado en cuestiones misioneras, el cual decía que España, durante solo el siglo XVI, había dado a la Iglesia mayor número de misioneros de infieles que todo el resto del mundo en todos los siglos de existencia del Cristianismo.
Sin pecar de crédulos, podemos prestar piadoso asentimiento a lo que anunció Santa Brígida, en el siglo XIV, sobre las futuras misiones de España, tanto porque se cumplió ya la primera parte de aquellas predicciones, desde siglo y medio después que fueron escritas, como porque la Iglesia, en el Breviario, las mira con extraordinario respeto, al asegurar que «le fueron revelados por Dios muchos arcanos».
Así logró España la victoria más grande que se ha conseguido sobre la idolatría, y agregó a la Iglesia Romana diez y ocho naciones soberanas, engendradas por ella con indecibles trabajos y heroísmo.
_Derrota del protestantismo_
Nunca perdonarán los protestantes a España el celo con que se opuso a la difusión del Protestantismo, durante los reinados de Carlos V y Felipe II.
La única fuerza humana que impidió el triunfo completo de los protestantes en toda Europa, ante los esfuerzos combinados de los luteranos de Alemania y Holanda, de los anglicanos y puritanos de Inglaterra, de los hugonotes de Francia, de los valdenses de Italia, &c., &c., fue la tenacidad con que España hizo frente simultáneamente a casi toda Europa, en los más distantes campos de batalla, desde Flandes hasta Sicilia, y desde Varsovia hasta París, que fue ocupada por las tropas españolas, hasta que Enrique IV abjuró el protestantismo en Saint Denis. Hubo momentos en que los únicos grandes Estados oficialmente católicos del mundo fueron España, Portugal y Roma, es decir, San Pedro y Santiago.
Las regiones de Europa en que sobrevivió el catolicismo, después de la rebelión protestante, deben eterna gratitud a España, que se sacrificó, desangró y empobreció, por su tesón en conservar este tesoro para sí y para todas las demás naciones del continente,
Tenían, pues, razón los Pontífices que, en documentos solemnes, llamaban entonces a España y a sus católicos monarcas «Brazo derecho de la Cristiandad».
España no hacía más que cumplir la misión de su Apóstol Santiago, brazo derecho de Jesucristo y de su Vicario en la tierra.
«Tendrá fin aquella funestísima guerra, cuando sea proclamado Emperador un hombre engendrado de la estirpe de España. Este vencerá maravillosamente, con el signo de la Cruz, y será el que ha de destruir la secta de Mahoma y restituirá el templo de Santa Sofía.»
1.-Debe derrotar al Anticristo y a toda su corte de judíos, con el signo de la Cruz.
2.-Debe España completar la obra iniciada en Covadonga, Las Navas, Granada y Lepanto, destruyendo completamente la secta de Mahoma y restituyendo al culto católico la catedral de Santa Sofía, en Constantinopla.
¡Qué hermoso ideal para enardecer el entusiasmo de las juventudes españolas e hispánicas, fraternalmente unidas bajo el signo de Santiago!
_Santiago, ferviente devoto de la Virgen María_
Los dos hijos del Zebedeo y de María Salomé se distinguieron por su amor a su augusta tía la Virgen Santísima, que había sido encomendada por Jesucristo, desde la Cruz, a los cuidados filiales del hermano menor de Santiago, en cuya casa tuvo desde entonces su residencia la Madre de Dios.
Antes de que partiera Santiago para su audaz y remota expedición a España, refiere la tradición que se despidió de la Santísima Virgen (si es que no fue ella la inspiradora del viaje), y le prometió visitarle en aquella ciudad de España en que iluminase a mayor número de fieles con la luz del Evangelio.
En efecto, la Santísima Virgen vino un día maravillosamente en carne mortal a Zaragoza, visitó al Apóstol, le entregó una columna de mármol, que simbolizaba la firmeza de la fe sembrada por él en la Península Ibérica, le pidió que levantará allí una capilla donde ella fuese invocada (la primera que se erigió en el mundo, en honor de la que había dicho de sí misma en el «Magnificat»: Me llamarán bienaventurada todas las generaciones), y le avisó que volviera después a Jerusalén, donde había de tener término su misión.
_La Iglesia de España_, fundada por el caballeresco sobrino de María Santísima, y honrada por ella, antes de su muerte, con su visita corporal y con el regalo de su Pilar, no podía menos de ser devotísima de la celestial Señora, como en efecto lo ha sido, a través de todos los siglos.
San Pedro correspondió a la amistad de Santiago, ordenando de Obispos a los Siete Varones Apostólicos, discípulos de Santiago, y enviándolos a fundar otras tantas Sedes en el Sur de España, donde Santiago no había dejado Obispos.
_Santiago sabe cambiar su armamento según las necesidades de la época_
Nota muy bien Dom Guéranger, en el lugar antes citado, que Santiago, después de su temprana muerte, continuó su Apostolado en el mundo, por medio de la Iglesia española, y que, en cada época, adoptó las armas y los medios que reclamaban las circunstancias.
Hubo una época en que no se podía defender a la Iglesia eficazmente con predicaciones, ni libros, ni discusiones; porque los mahometanos, por mandato de su ley, rechazaban toda discusión. Y entonces Santiago apoyaba a los guerreros de la Cruz, apareciendo entre ellos, como un rayo, tremolando con una mano su estandarte blanco adornado con la Cruz Roja, y blandiendo con la otra su espada reluciente.
Pero, «cuando los Reyes Católicos arrojaron al otro lado de los mares a la turba infiel que nunca debió pasarlos –añade Guéranguer– el valiente jefe de los ejércitos de España, se despojó de su brillante armadura, y el terror de los moros se convirtió en mensajero de la fe.
»Subiendo a su barca de pescador de hombres y rodeándose de las flotas de Cristóbal Colón, de Vasco de Gama o de Albuquerque, los guiará por mares desconocidos, en busca de playas a donde hasta entonces no había sido llevado el nombre del Señor.
_Las armas actuales de Santiago y de sus caballeros_
Hoy día, los hijos de Santiago, esparcidos por Europa, América, Oceanía y algunos también por las colonias españolas y portuguesas de Africa y Asia, deben imitar a su Apóstol, con las armas que les impone la imperiosa necesidad del momento crítico en que nos encontramos.
Las armas jacobeas de hoy son cuatro: enseñanza catequística; prensa, sobre todo diaria y periódica; cátedra, sobre todo la oficial; y organización obrera.
Los modernos «caballeros de Santiago», deben adiestrarse y ejercitarse en el manejo de estas armas, sin descuidar, por supuesto, los demás medios de santificación y defensa que son eternos,
_Súplica de Dom Guéranguer por España_
El sabio escritor francés a quien acabamos de citar, conocía y penetraba, mejor que muchos españoles, el sentido de la Historia de España y su misión providencial en el mundo.
España ha sido destinada por Dios para proseguir la misión del Hijo del Trueno, proclamando y defendiendo, en gran estilo, como lo hizo en Nicea, en Toledo y en Trento, las verdades católicas fundamentales; y su mayor desgracia sería la de inutilizarse para esa misión, por el debilitamiento, o como dice gráficamente el mismo escritor, por el achicamiento de esas grandes verdades en su espíritu público.
Por eso dirige él a Santiago esta súplica, que gustosos reproducimos y repetimos:
«¡Oh Patrón de las Españas! No os olvidéis del ilustre pueblo que os debe a Vos su nobleza espiritual y su prosperidad temporal. Protegedle contra el achicamiento de las verdades que hicieron de él, en sus días de gloria, la sal de la tierra. Haced que piense en la terrible sentencia de Jesucristo, en que se advierte que ‘si la sal se vuelve insípida, no vale va para nada sino para ser arrojada y pisada por las gentes’.» (San Mateo, V, 13.)
¡No! ¡El espíritu de España no ha de tolerar mucho tiempo este achicamiento!
¡El espíritu de España se erguirá caballeresco y altivo contra el masonismo, laicismo y judaísmo que lo pisotea!
¡El espíritu de España defenderá el tesoro de Santiago contra los moros modernos que han invadido su herencia sagrada!
Porque Santiago y España tienen que cumplir todavía dos misiones a cual más gloriosas:
Santiago y España tienen que defender un día a la Iglesia de San Pedro, combatiendo y derrotando al Anticristo y a su corte de judíos;
Santiago y España tienen que cantar un día el Credo de Nicea en la mezquita de Santa Sofía, después de haber rasgado en su pórtico, entre los aplausos de la Morisma bautizada, los falsos mandamientos de Mahoma.
Así sea.
SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!!!!!!
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