1-k7kUVo6cusd8WwkHlQf4JQ

El 24 de abril de 2015, Hillary Clinton, entonces candidata a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata, hizo una declaración muy revelador durante una conferencia sobre el feminismo en el Lincoln Center de Manhattan . Afirmó sin titubeos la ex secretaria de Estado: «Los códigos culturales profundamente arraigados, las creencias religiosas y las fobias estructurales necesitan cambiar. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales. [1] También defendió explícitamente a las organizaciones gubernamentales y la financiación del aborto como la Planned Parenthood (mayor red de clínicas abortistas de los Estados Unidos), así como otros puntos patrocinados por la agenda de los llamados derechos sexuales y reproductivos. Vale recordar que, en otra ocasión, en un evento ocurrido en Génova en Italia en 2011, ya había dicho que las convicciones religiosas limitan los derechos humanos del colectivo LGBT. Por razones obvias estas inquietantes declaraciones, de una influyente figura de la política mundial, fueron poco divulgadas y comentadas en la gran prensa.

De una manera directa y explícita, sin camuflajes y fingimientos, el importante personaje del Partido Demócrata condensa y sintetiza las metas y objetivos de la agenda cultural «progresista» estimulada y financiada por las (pseudo) elites globalistas. Es todo un plan de mutación antropológica radical y de «desconstrucción» cultural anunciado de un modo cristalino y de forma patente.

La afirmación de Hillary Clinton es una especie de confesión y proclamación de guerra cultural y psicológica no sólo contra el cristianismo, sino contra las religiones y los códigos morales tradicionales. Es el esbozo de un programa más amplio de desmantelamiento planeado y deliberado de todas las estructuras y valores que configuran una determinada comunidad, objetivando en última instancia minar y destruir las identidades culturales y prácticas sociales milenarias. La líder demócrata, sin darse cuenta, desveló el propio corazón del proyecto del Nuevo Orden Mundial.

Sin embargo, la ex secretaria de Estado estadounidense no es evidentemente la única agente, ni siquiera la principal, que trabaja para llevar a cabo los planes de ingeniería social y mutación antropológica alentados por el globalismo. Uno de los más importantes y conocidos personajes de este extraño y perturbador proyecto es, sin duda alguna, el mega inversor y filántropo George Soros. A través de su fundación llamada Sociedad Abierta, el magnate promueve y financia una serie de iniciativas, movimientos sociales y ONGs repartidas por todo el mundo. En general, estas organizaciones defienden banderas y discuten temáticas simpáticas a la agenda cultural izquierdista como por ejemplo: el abortismo, el ateísmo, el secularismo, el ambientalismo y el ecologismo radical, la legalización de las drogas, el feminismo, la educación sexual, el control de armas, los «derechos humanos», la lucha por la diversidad y la defensa de minorías étnicas, el multiculturalismo, la causa LGBT y la ideología de género.

Interesante notar que George Soros, así como Hillary Clinton y otros personajes, de ninguna manera esconde su ideología globalista y multiculturalista. En varias declaraciones públicas, en artículos y libros aboga abiertamente por una sociedad libertaria, mundializada, «posmoderna», sin rígidas fronteras geográficas, políticas y morales. Conforme  opina el analista político Igor Pshenichnikov, «Soros delineó su visión del mundo en su libro ‘La era de la falibilidad’ , cuyo objetivo principal es la creación de un mundo sin fronteras, donde todos son iguales y libres, donde los intereses de todas las minorías, especialmente las sexuales, no sólo están garantizadas por medio de legislación, sino que prevalecen sobre los intereses de la mayoría «. [2]

La Sociedad Abierta de Soros, una entidad creada en 1993, tiene su nombre del libro del filósofo liberal austríaco Karl Popper La sociedad abierta y sus enemigos (1945), una obra que influyó decisivamente en la visión del mundo del financiero húngaro. Entró en contacto con la obra de Popper cuando estudió en la famosa Escuela de Economía de Londres. Su objetivo inicial con el Open Society fue  promover las ideas liberales de Karl Popper.

No obstante pese al hecho de financiar organizaciones de izquierda, no me parece correcto caracterizarlo como un marxista, socialista o comunista. Soros es un típico liberal cosmopolita. En realidad, parte significativa de la pseudo(élite) globalista está compuesta por liberales cosmopolitas.

Otro globalista liberal prominente Zbigniew Brzezinski fue el actor, estratega geopolítico y miembro de la Junta Nacional de Estados Unidos durante el gobierno de Jimmy Carter, de 1977 a 1981. Hombre de una gran inteligencia  y de cultura polaca Zbigniew Brzezinski  en su libro La Era tecnotrônica(1971) afirmaba que el mundo estaba pasando por una gigante transformación social y cultural cuyas principales características serían el surgimiento y la proliferación de nuevas tecnologías que, entre otros efectos, permitiría un mayor control de la población por medio de técnicas de ingeniería social. Estas nuevas tecnologías como la microelectrónica, la bioindustria, la nanotecnología, la inteligencia artificial y otras del mismo tipo provocarán una verdadera revolución cultural y antropológica. Las posibilidades de manipulación mental y genética, vigilancia social y condicionamiento psicológico serán inmensos, según admite el geopolítico Brzezinski. Sin embargo, el punto más importante en las estrategias y reflexiones del estratega polaco es la noción de tittytainment. Es una palabra en Inglés compuesta de dos términos: teta que significa pechos, pero también puede tener el significado de idiota; y la palabra entretenimiento, diversión. Zbigniew Brzezinski al utilizar esta palabra por primera vez en 1985 en una reunión celebrada en el Hotel Fairmont de San Francisco, patrocinada por la Fundación Gorbatchev, y contando con la presencia de cientos de importantes líderes políticos y empresariales, estaba pensando en la elaboración de estructuras sociales y políticas que estimulan la formación de un sistema cultural que, grosso modo, anestesiara al pueblo a través de entretenimiento estupidificante y pueril y alimentación barata. el tittytainmentes un mecanismo psicológico y sociológico que pretende hacer que las sociedades letárgicas y pasivas a través de la vieja táctica del pan y el circo.

De hecho, la elección de estos términos ( teta y entretenimiento) para formar una nueva palabra, quiere señalar, metafóricamente, el efecto tranquilizante e incluso sedante que la leche materna tiene sobre el bebé, dejándolo satisfecho. Ahora bien, es precisamente lo que buscan las fuerzas globalistas, percibiendo a los individuos como niños mimados, bebes, que, fácilmente, pueden ser manipulados y, por lo tanto, sin capacidad de acción, resistencia y autonomía personal. Ofreciendo placeres, diversión y llenando la barriga del pueblo las oligarquías dominantes mantiene a las personas bajo control. El estratega polaco defendía la tesis de una sociedad de los dos décimos, es decir, un sistema de organización social en el que sólo el 20% de la población mundial sería suficiente para mantener y sostener la economía mundial. La gran mayoría, el 80% de la población tendrá que ser controlada a través de operaciones psicológicas y herramientas de re-acondicionamiento social del tipo tittytainment.

Un personaje central en la configuración de las estrategias mundialistas es la del diplomático estadounidense Henry Kissinger. El 10 de diciembre de 1974 el Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, dirigido por la citada figura que era también en este período secretario de Estado, emitió un documento de 250 páginas acuñado como Memorando 200: implicaciones del crecimiento de la población mundial para la seguridad de los Estados Unidos y los Intereses más allá del Mar. Este memorando sigiloso fue adoptado como política de Estado por el entonces presidente de Estados Unidos en la época el presidente Gerald Ford. Más conocido como Informe Kissinger, este asombroso documento afirmaba que el crecimiento poblacional de los países del Tercer Mundo se configuraba como una amenaza significativa a la seguridad nacional de Estados Unidos. El informe Kissinger defendía abiertamente la promoción de la anticoncepción y otras medidas de control poblacional. Se consideraba por razones geopolíticas y estratégicas 13 países clave (India, Bangladesh, Pakistán, Nigeria, México, Indonesia, Brasil, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia) como objetivo de estas «operaciones», pues, el crecimiento poblacional en estas naciones redundaría en desarrollo económico, político y militar que podría poner en jaque la hegemonía norteamericana. En 1972, el informe Meadows, elaborado por investigadores del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) con el patrocinio del Club de Roma (importante organización globalista creada en 1968 por el industrial italiano Aurelio Peccei y el científico escocés Alexander King y constituida por destacados investigadores, políticos y grandes capitalistas) resaltaba la necesidad de impedir el crecimiento poblacional para garantizar la estabilidad económica mundial y preservar los recursos naturales. Es notorio que políticas malthusianas de control demográfico y restricción a la natalidad son una de las tácticas preferidas de las oligarquías cosmopolitas.

Además, no es ninguna novedad que poderosas e influyentes organizaciones transnacionales como la ONU, la Unesco, la OEA, la Unión Europea, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Trilateral, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), el Consejo de Relaciones Exteriores Club Bilderberg, el Diálogo Interamericano, la Sociedad Fabiana, la mesa redonda así como fundaciones internacionales como Ford, Rockfeller, MacArthur y otras similares, apoyan, estimulan y en algunos casos financian los programas ideológicos y culturales de la izquierda. La cuestión es entender las razones y los motivos doctrinarios y prácticos de esta extraña alianza entre organizaciones y actores «liberales» y «capitalistas» con fuerzas políticas y actores progresistas. ¿Por qué organismos internacionales y grandes capitalistas promueven e inyectan dinero en propuestas, proyectos y acciones que acaban por favorecer la agenda cultural de la izquierda?

Ahora bien, la formación de un ambiente cultural y de una atmósfera societal que propicie el debilitamiento e incluso la abolición de todos los obstáculos e imperativos morales, espirituales y legales a la expansión de las «fuerzas naturales» del mercado. Así como, la constitución de un individuo «emancipado y liberado» de los frenos de la religión, de las costumbres y tradiciones culturales «arcaicas y preconcebidas», proyecto propio de la izquierda actual, es esencial para el fortalecimiento y ampliación del gran capital y de la lógica «mercantil «Y consumista del goce inmediato y de la multiplicación artificial de deseos.

Además, a través de sofisticadas y sutiles técnicas de ingeniería comportamental y control de las percepciones se busca subrayar, acentuar y exacerbar las diferencias secundarias y accesorias relativas al género, orientación sexual, raza y etnia. Se pretende, de este modo, debilitar los vínculos comunitarios, los lazos de solidaridad, dividiendo y jugando a los individuos y grupos sociales unos contra otros. Más aún: se intenta con ello hacer que la población concentre toda su atención en cuestiones «identitarias» y luchas por la inclusión y la diversidad, a fin de que, así condicionada, los auténticos problemas jamás sean enfocados y enfrentados. En fin, he aquí la vieja y clásica táctica de «dividir para reinar», fundada en estrategias muy bien planificadas de desestabilización, «balcanización» y estímulo de conflictos sociales. Por medio de la atomización, segmentación, desagregación, fragmentación y desorganización normativa de las sociedades nacionales, es mucho más fácil controlarlas y manipularlas. Una sociedad donde no existe cohesión, integración social y valores compartidos, donde las autoridades, jerarquías y disciplinas normativas son relativizadas es fácilmente dominada y dirigida por fuerzas exógenas.

Seamos francos y objetivos: la estrategia directriz de las oligarquías cosmopolitas es diseminar el caos y la desestabilización social. La palabra de orden de las clases hablantes progresistas es deconstruir y desmitificar todos los valores e instituciones tradicionales. Parece que, conscientemente o inocentemente, ambas trabajan para alcanzar un mismo objetivo.

Innegablemente, estamos viviendo en un escenario social, político y económico marcado por el consenso liberal-libertario, como señala el científico social Rodrigo Agulló. Es interesante en nuestra época observar el extraño matrimonio entre el ideal liberal de la «sociedad abierta» predicado por filósofos como Karl Popper y Friedrich Hayek, que, en líneas generales, se caracteriza por el énfasis en los valores «mercantiles» y económicos, la implementación de políticas sociales de contenido privatista, junto con medidas radicales de desregulación de los mercados, apertura de las fronteras, libre comercio y Estado mínimo y, por otro lado, la predominancia en la esfera cultural y mediática de los ideales libertarios y emancipadores propios de la izquierda progresista. En este sentido, cabe subrayar que Michel Foucault, uno de los maestros de la izquierda posmoderna, se interesó por autores y corrientes de pensamiento de orientación liberal, en especial los trabajos del economista Gary Becker. Foucault veía en el liberalismo una importante arma teórica en su lucha contra la «sociedad disciplinaria y sus instituciones opresivas». Como algunos liberales, defendía una sociedad autogestionaria de facciones anárquicas. Además, es necesario resaltar, que este consenso liberal-progresista empieza a consolidarse a partir de las décadas de 1960 y 1970, cuando se configura en el mundo occidental un nuevo tipo de ordenamiento social, que, resumidamente, muchos analistas definen de neocapitalismo libertario , de tonalidades hedonistas, anárquicas y consumistas. En suma, como subraya el científico social español,

No es necesario tener mucha inteligencia para percibir que nada puede ser más beneficioso y fructífero al turbocapitalismo globalizado que la afirmación de «sociedades abiertas», desnudas de cualquier tabú moral y religioso. La consolidación de un tipo humano fugaz e infantilizado que, entre otras características psicológicas, se jacta de vivir sin límites, principios y fronteras espirituales y físicas es un trabajo que la izquierda posmodernista y multiculturalista está realizando con gran maestría, al propagar los mecanismos y las operaciones ideológicas de deconstrucción, desmitificación y liberación antropológica. La formación de una nueva (des) civilización humana sin culpas, sin complejos, represiones y tabúes, exaltada por los progresistas y posmodernos a la izquierda del espectro político y cultural,

Transformar a los hombres en seres animalizados orientados únicamente a la satisfacción de sus instintos primarios, destruyendo sus vínculos comunitarios y tradiciones morales y culturales, así como rebajarse a la condición de robots consumistas a los que sólo importa producir, comprar y ostentar bienes materiales es el objetivo número uno de las (pseudo) elites globalistas adineradas y sus tropas de choque.

[1] Disponible en: https://pt.aleteia.org/2015/05/04/hillary-clinton-declara-abertamente-uma-guerra-contra-a-religiao/ acceso: 09/20/2017.

[2] Disponible en: https://br.sputniknews.com/americas/201702207727055-george-soros-ordem-mundial/ . Acceso en: 23/09/2017.

0-7bTrAgTTEX2mtAbe-

César Ranquetat Jr

Doctor en Antropología Social (UFRGS), investigador y profesor universitario en el área de Ciencias Humanas.

ARTÍCULO ORIGINAL EN PORTUGUÉS https://medium.com/@cesarranquetatjr/os-liberais-globalistas-e-agenda-cultural-da-esquerda-115ce0616672