Como es de costumbre, tras las elecciones llega el periodo de reflexión para valorar la estrategia electoral. Este año, los pobres resultados alcanzados (los peores de nuestra historia como partido, no vamos a negarlo), han provocado que la jauría de personas ajenas al partido que pretenden desmotivarnos aúlle con fuerza inusitada. Son los que se autodenominan “social patriotas” críticos con DN y con todos o algunos de los demás grupos, pero que no han dado un palo al agua ni en estas ni en otras elecciones, y si lo dieron en el pasado “se quemaron” muy pronto al no ver rápidos resultados. Necesitan llenar su vacío existencial con emociones fáciles, y por eso se pasan la vida mandándose whatsapps hablando de política pero sin tomar parte activa en ella, o leyendo y opinando en diarios digitales (algunos de los cuales han sido especialmente creados para enfrentar a los distintos grupos patriotas entre sí, dadas las opiniones difamatorias que en ellos se consienten contra varios de nuestros partidos, sobre todo contra DN), y así estos aprendices de General sin soldados pierden su tiempo diseñando magníficas estrategias electorales y criticando a los líderes de los partidos del área nacional.

Este tipo de personas, como cambian de actitud en función de sus mudables emociones, cuando se enteran de que te presentas a las elecciones te felicitan y te dicen que te votarán, y el mismo día de las elecciones tratan de persuadir a los demás de que no voten a ningún partido del área “porque no hay nada que hacer”, y además piden la disolución de los mismos.

A todos estos presuntos “patriotas” yo les diría: ¿Disolver qué? De entrada: ¿Pertenece Vd. a mi partido? ¿Qué ha hecho Vd. en estas elecciones? ¿Qué hizo en las anteriores? ¿Ha estado Vd. en alguno de los actos públicos o al menos en las reuniones de Madrid, Valladolid o Benicarló?

La especie más alejada de la realidad de este grupo son los que todavía sueñan, como Miguel Serrano, con divisiones fantasma que aparezcan, como surgidas de la nada, en la Antártida justo en el Armagedón final de los tiempos, o tal vez teletransportadas por extraterrestres o intraterrestres en el Gotterdammerung de la historia para salvarlos a ellos y a lo que quede de la civilización en el último momento; divisiones postmodernas versión “starship troopers” del siglo XXI donde puedan encuadrarse, pero para tener el honor de estar en el puesto de combate cuando la Patria y la Historia lo requiera es necesario haber sido antes soldado, y ellos rechazan cualquier disciplina porque en el fondo no son más que anarquistas de derecha.

¿Autocrítica? Esto es un concepto demo-comunista que me repugna, sin que ello signifique que no haya que valorar lo que se hizo bien o mal. Por supuesto, siempre es posible hacer algo mejor las cosas, pero en estas elecciones, visto lo que he visto, -tanto a nivel interno en lo que respecta a mi partido, como en lo que se refiere a la sociedad en la que estamos inmersos,- la conclusión es que la autocrítica solo puede ser leve, pues poco más de lo que se hizo se podía haber hecho. Sí, tal vez de haber realizado el mitin en Benicarló dos semanas antes hubiéramos alcanzado 450 votos y tendríamos un concejal. Tal vez de haber invertido en Benicarló lo que se invirtió en Castellón habríamos llegado incluso a dos concejales, pero yo me pregunto: ¿Obtener uno o dos concejales más va a permitir salvar a España? Somos hombres, (con voluntad de hierro, eso sí), solo hombres, mas no dioses. Y el que por no tener uno o dos concejales más se deje la militancia no merecía haber entrado aquí.

He visto bastantes cosas por las que no podemos dejar de pelear aunque seamos los únicos que en los años venideros todavía tengamos el valor de seguir proclamándonos españoles.

He visto apoderados de otros partidos y presidentes de mesa asombrados por el empeño de los apoderados de DN en pelear hasta el último voto, y esperar tras varias horas a la entrega del acta de escrutinio y el acta de sesión, aunque por cada urna no saquemos más votos de los que puedan contarse con una mano. En sus caras de asombro he leído su pensamiento, y parecían decir: “Si estos tíos por un par de votos ponen tanto interés, ¿Qué harían si algún día les votaran decenas de personas por mesa?”

He visto apoderados de PODEMOS, incluso del partido más anti-DN que se pueda imaginar (Compromís) felicitándonos por la espalda y en voz baja por haber tenido la deferencia de enfrentarnos con un apoderado del PP, corpulento como un armario, que pretendía a la hora de computar el voto utilizar un método tan “democrático” como el vuelque de las urnas sobre las mesas, y se dirigía a la presidenta de la mesa de manera subrepticiamente coaccionante.

He visto a todo un pueblo, Benicarló, que no sabía nada de nosotros a principios de este año cómo tras habernos conocido en persona y oír nuestro mensaje en radio, en directo o en TV se han volcado con ilusión por nosotros y nos han apoyado, porque somos el único partido que les ha dicho la verdad y las soluciones reales a sus problemas. Esto prueba que cuando se nos conoce en vivo y en directo, sin manipulaciones y sin temores, los resultados son buenos. Esto prueba que si el maltrecho pero también timorato empresariado español nos financiara y pudiéramos hacer campaña en más sitios, los resultados serían bien distintos, pues como decía el Gran Capitán, el combustible principal que mueve la máquina de la guerra es el “dinero, dinero, dinero.”

Mis compañeros me han referido el valor de las mujeres de DN, de Cristina enfrentándose a un apoderado del PSOE al que le dio un ataque de histeria, a Paloma peleando sola con “compromisarios” y apoderados de todos los partidos de izquierda, a Montse frente a los separatistas en Tortosa, de Míriam de Valladolid, y de tantas otras. También el valor de las hazañas de los camaradas de Burgos, Castellón, León, Madrid o Valladolid, de Pedro, de Luis, de Juan, de Miguel, de tantos otros (perdonad no poder recordar todos los nombres)…y como siempre la disposición de nuestro Presidente, sirviendo a España mañana, tarde o noche sin la más mínima queja; aunque solo fuera por todos vosotros, la minoría más minoritaria de toda la política española, merece la pena luchar lo que nos quede de vida y mientras las fuerzas nos acompañen.

No olvidéis que la historia es siempre obra de minorías. Y tened siempre presente que DN no es solo un partido político. DN es un estilo de vida. No somos candidatos en busca de cargos y prebendas, como el PP, PSOE, IU o los separatistas. La estrategia electoral atiende a uno de los frentes que constituye la razón de ser de nuestro movimiento. Si desaparece DN, España desaparecerá, como les pasó a los polacos, que estuvieron 200 años sin Nación, con un Estado dividido entre rusos, austriacos y alemanes por no haber tenido un movimiento nacional que los vertebrara, hundidos por una clase política que se vendió a los extranjeros. Estamos aquí para crear las bases del nuevo nacionalismo español, algo que ni siquiera en época del nacimiento de la Falange se hizo, pues se unió la identidad nacional a la idea de imperio, y hoy hemos de crear de 0 nuestra propia identidad nacional, en una España sin imperio, sin orden, sin justicia y sin Dios. Somos el camino del guerrero y ojalá un día los 300 militantes sean verdaderamente soldurios íberos, pues como decía Spengler al final la civilización será salvada por tan solo un batallón de soldados valientes. Ningún partido liberal o socialista tiene la disciplina, la entrega y el convencimiento de que la verdad y la historia están de nuestro lado como la militancia de DN. Esto es un camino espiritual, somos los espartanos de España.

Los que tanto os autoproclamáis patriotas ¿Conocéis realmente a vuestro pueblo? ¿Qué esperábais? En 1808, tras la ocupación de Valencia por el Ejército napoleónico, el pueblo valenciano soportó pacíficamente la ola de saqueos, robos, fusilamientos y violaciones. Pero los invasores cometieron un pequeño error que les costó muy caro: En el duro invierno del primer año de la Guerra de la Independencia, osaron desmontar pieza a pieza la Plaza de Toros (que en aquel entonces era de madera), para hacer pilas de tablas, prenderles fuego y calentarse. Y entonces el pueblo valenciano salió a enfrentarse a los franceses gracias al grito movilizador: “¡Ens han deixat sense bous!” (“¡Nos han dejado sin toros!”)

¿Qué esperábais? En 1936, pese a la muerte de cientos de españoles en enfrentamientos políticos mes a mes, pese a la delincuencia desbocada, a la revolución de Asturias, al golpe de Companys proclamando L,Estat Català, pese a continuos atentados contra militares y policías, pese a la quema de iglesias y locales derechistas, pese a cientos de huelgas generales y parciales, la Falange sólo obtuvo 52.000 votos en toda España, sin que el mensaje verdadero y el carisma inigualable de José Antonio pudieran sumar más votos, y pese a que la juventud de la época no dudaba en querer echarse al monte por defender a España y a sus tradiciones de la ya incipiente en la calle tiranía izquierdista.

¿Sabéis cómo en Torrente se metieron a los jóvenes en el bolsillo los del Compromís? Pues según un amigo que vive allí del partido Ciutadans, les ofrecieron barra libre de bebidas y les repartieron condones, que ofrecían hasta a chicas menores de edad. Si esa es la población que tenemos ¿Qué se puede esperar?

No hace falta creer en profecías de varios santos (que las hay y bastantes) que sostienen que en España en este siglo volverá a triunfar una tiranía comunista (breve pero muy sangrienta), para pronosticar, a partir del sentido común, que el viraje hacia la extrema izquierda que se ha venido produciendo en nuestro tejido social desde los últimos 40 años va a desembocar en una catástrofe. Estamos en el momento más peligroso de nuestra historia como Nación. En los próximos años vamos a ver el triunfo de un Frente Popular apoyado por el PSOE (como en el 36) cuya principal receta frente a todos los problemas será la III República, al igual que los yihadistas afirman en su propaganda que el día que la Sharia se imponga en todas las sociedades todos los problemas quedarán automáticamente resueltos. Probablemente vamos a ver la secesión de EuzkalHerría, Navarra y Cataluña, la ocupación de parte de nuestro territorio por los adoradores de la media luna, la persecución religiosa y la entrada de una presunta coalición militar internacional en nuestra Patria para asegurar la “paz” (esto es, la partición o desmembramiento de España según los planes del NOM); muchos creerán que la muerte de España se habrá producido. Precisamente, para ese momento estamos: para el día después, pues como decía Nietzsche,” allí donde hay muerte hay resurrecciones”.

Luis Zapater Espí.

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