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Lo que está sucediendo ante nuestros ojos amenaza con dinamitar toda Europa y preocupa al mundo entero. Los hechos hablan por sí mismos: Solo en este año cerca de 150 mil inmigrantes ilegales han cruzado las fronteras de Hungría. Es una cantidad tres veces y media mayor a la del 2014 y todavía no hemos llegado al final del año.  En Europa, en comparación con el primer semestre del año pasado, el número de inmigrantes ha crecido más de un 70%, del que más del 40% ha llegado desde Asia Central y Asia del Sur, y casi la misma proporción de inmigrantes ilegales ha venido a Hungría de Oriente Medio.

Para entender lo que debemos hacer, tenemos que saber con qué nos enfrentamos exactamente. No es “el problema o la situación de los refugiados” lo que atenaza a Europa, sino una ola de migración moderna cada vez más grande que amenaza al continente europeo. La escala de este movimiento de personas es enorme y desde una perspectiva europea el número de potenciales inmigrantes parece ilimitado.

Día tras día vemos como cientos de miles de personas se agolpan en nuestras fronteras y millones toman la dirección hacía Europa por razones económicas. Mientras la inmigración se ha convertido también en un negocio lucrativo que manejan bandas criminales sin escrúpulos. Es desconcertante, como publica el Kronen Zeitung (Principal periódico austriaco) que desde el 2000 las bandas criminales internacionales han obtenido unos ingresos de cerca de 16.000.000 de Euros del transporte de inmigrantes ilegales, mientras que como resultado de su negocio han muerto alrededor de 30.000 personas. Todo lo que está pasando en el mar, en las carreteras y en las fronteras es inhumano, y la actitud de Europa es una locura.

Hay que decir que la responsabilidad la tiene la fracasada política de inmigración de la Unión Europea y son responsables todos los políticos europeos que animan a los inmigrantes a que arriesgando su vida dejen atrás todo y tomen rumbo hacia Europa con la promesa de una vida mejor. Si Europa no vuelve al camino del sentido común, saldrá perdiendo en esta lucha crucial.

Los que solo siguen por encima los debates europeos de política de inmigración pueden ver que se plantean una gran variedad de argumentos y se mezclan diferentes planos dificultando su entendimiento. El sentido común nos dicta que solo podemos ordenar los aspectos conflictivos si establecemos un orden claro de prioridades. La primera y más importante es la protección de las fronteras exteriores. Uno de los logros más grandes de Europa es Schengen. Para los Centroeuropeos significa el libre movimiento dentro de Europa, una experiencia de libertad, así que tiene una especial importancia. Schengen sin embargo solo funciona si cada país cumple con su tarea establecida en el Código de fronteras Schengen. Es decir la protección de las fronteras externas es una condición imprescindible para asegurar la libre circulación dentro de Europa. Si no somos capaces de proteger nuestras fronteras, Schengen puede verse en peligro. Sin embargo nadie  que quiera proteger a Europa y considere importante el europeísmo querrá esto.

El hecho de que aparte de los húngaros o españoles nadie quiera defender las fronteras de Europa es bastante deprimente. Europa tiene que entender que nadie que sufre un asalto es capaz de acoger a otros.  Y lo que sufrimos ahora es un asalto. Por eso es importante la valla que los húngaros estamos construyendo. No lo hacemos por placer sino por necesidad. Ya que la valla es una línea de defensa, un elemento físico que podemos proteger. La valla como línea defensiva se deriva del Convenio de Schengen así que es una herramienta europea.

El tema de la inmigración en Europa naturalmente es una cuestión de democracia también, si no fuera así, no seríamos europeos. La democracia ante todo significa escuchar lo que la gente quiere. Por eso los húngaros hemos iniciado una consulta sobre el tema de la inmigración. De los 8 millones de electores hemos recibido respuesta de 1 millón, cuyo 85% opina que la UE ha fracasado en la gestión del tema de la inmigración.  Para los europeos fieles a los estados unidos de Europa recomiendo las palabras del gran presidente de los Estados Unidos de América: “Government of the people, by the people, for the people”. Europa no puede situarse frente a la voluntad de los ciudadanos europeos y la situación actual es que los ciudadanos europeos quieren algo diferente de lo que representa la mayoría de los gobiernos europeos. El pueblo quiere que seamos dueños de la situación y protejamos nuestras fronteras.

La primera y la más importante cuestión es la protección de las fronteras. No vale la pena hablar de otras cuestiones hasta que no frenemos esta oleada. Solo cuando hayamos defendido nuestras fronteras podemos plantear preguntas como: ¿Cuántas personas queremos acoger? o ¿Debe de haber cuotas?

No nos podemos olvidarnos tampoco de que los inmigrantes se han educado en otra religión y representan una cultura radicalmente diferente. La mayoría son musulmanes y no cristianos. Y esto es importante porque Europa y el europeísmo tienen su origen en el cristianismo. ¿O esto no es alarmante, que la cultura cristiana europea no sea capaz de mantener Europa dentro de su propio sistema de valores cristianos? Si perdemos esto de vista los ideales europeos pueden convertirse en minoritarios en su propio continente.

Creo que no hay otro camino y ni otra oportunidad que proteger nuestras fronteras. No podemos renunciar a lo que acordamos juntos sin una decisión en común. Tenemos que conservar Schengen para que quede asegurada la libre circulación dentro de Europa y sólo después podemos tratar otras cuestiones. No olvidemos que nadie que haya sido asaltado es capaz de acoger a otros.