No podemos sino contemplar con decepción las medidas aprobadas por el Senado a instancias del gobierno del PP, por su blandura y laxitud.

En primer lugar, consideramos que en poco más de 9 semanas es imposible normalizar la situación en Cataluña y celebrar unas elecciones en condiciones normales y garantizando recuentos libres e imparciales en toda la comunidad.

En segundo lugar, consideramos que no actuar de forma contundente contra los sediciosos, deteniéndolos ipsofacto y garantizando el orden público mediante el despliegue de las fuerzas armadas, solo consigue prolongar el problema, dándoles un tiempo que claramente favorece a unos separatistas que comenzaban a estar desarmados moralmente ante la reacción popular en toda España.

En tercer lugar, consideramos que se les acaba de ofrecer la legalidad de la que carecían. El frente separatista ya está organizado de per se mientras que al supuesto frente “españolista” ni se le ve ni se le espera. Va a ser casi imposible lograr un frente unido entre partidos como el PP, PSOE y Ciudadanos que anteponen sus intereses partidistas al interés de la nación. Estas elecciones van a ser vistas de nuevo como un plebiscito y el gobierno se acaba de jugar España a una sola carta, una carta que para más INRI está marcada.

En cuarto lugar, con la tensión creada, la campaña electoral va a generar una situación de mayor tensión y enfrentamiento, aumentado la sensación de ingobernabilidad y violencia.

En quinto lugar, por mucho que cambie el mando de los Mossos, que de hecho aún no se ha tenido el valor de cambiarlo,  miles y miles de funcionarios de este cuerpo siguen profundamente politizados y fanatizados en favor de la secesión, algo imposible de depurar en 50 días.

En sexto lugar, la absurda Ley D´Hondt, que se aplica en toda España, también en Cataluña, ofrece mayor representación a los territorios más rurales y separatistas sin que se haya pensado en modificar la ley antes de los comicios. «Un hombre un voto» debería ser la máxima de toda democracia sin plegarse a absurdos artificios matemáticos que son claramente antidemocráticos.

En séptimo lugar, el gobierno, en teoría por presiones del traicionero PSOE, se ha negado a intervenir la gigantesca maquinaria propagandística del separatismo, principal arma electoral de los secesionistas, desde TV3, radios y prensa escrita catalana se adoctrina y coordina a todo el movimiento separatista con dinero público. Es imposible celebrar bajo ese condicionante unas elecciones mínimamente libres.

Por todo ello creemos que el gobierno, pretendiendo dar una imagen de fortaleza frente a la sedición ha consumado una calculada nueva traición a la nación española. La aplicación de esta forma tan suave del 155 no constituye más que un paréntesis que ayudará a los separatistas a avanzar en sus posiciones.  Desde DN exigimos al gobierno una repuesta radical a una situación que amenaza con hundir toda España de prolongarse en el tiempo.

Al contrario de lo que están haciendo, los supuestos partidos nacionales deberían aprovechar esta crisis para desmontar un Estado de las Autonomías que divide en lo físico a la nación y la desangra económicamente.

Manuel Canduela
Presidente de Democracia Nacional

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Ante el traicionero pacto RAJOY-PUIGDEMONT