En diciembre de 2001 China ingresó en la OMC (Organización Mundial del Comercio). Para adaptarse a las reglas del libre comercio y, en consecuencia, para poder vender sin aranceles sus productos, a los chinos se les dio un plazo de 15 años. Ese plazo termina en 2016 y, por lo tanto, la Unión Europea (el ámbito que nos afecta) ha de decidir si, en efecto, China se ha adaptado al libre comercio y puede vendernos sus productos sin límite alguno.

Las consecuencias para nuestra industria y nuestro empleo serán claramente negativas. Cumpla o no el «libre mercado» China, la UE no puede aceptar que el país asiático nos inunde con sus productos, ya que las condiciones laborales y salariales chinas no tienen nada que ver con las de Europa. Allí los salarios son muchos bajos, la protección social mínima y la legislación medioambiental casi inexistente, Por lo tanto, es una broma hablar de «libre mercado» entre Europa y China. Más bien es libre estafa contra los trabajadores y los empresarios europeos. Esta decisión puede ser la puntilla para industrias españolas como el automóvil y el azulejo. En este último caso, también en 2016 termina el plazo de 5 años del arancel que se impuso al azulejo chino hace 5 años.

Y es que, aunque en el mercado laboral, China pueda acercarse a eso que llaman «contratación libre», es decir, salarios bajos y protección social casi nula, en muchos otros aspectos no lo hace ni de lejos. El Estado chino interviene en las grandes empresas, controla la mayoría de la banca del país, pone aranceles a productos extranjeros siempre que le interesa, controla estrictamente la inmigración ilegal y, sobre todo, devalúa su moneda de manera artificial siempre que le interesa para seguir fomentando sus exportaciones. Algo que siempre callan todos los liberales que tanto presionan para el «libre mercado» entre Europa y China. Para ellos, salir del euro y devaluar la moneda es poco menos que un crimen contra la Humanidad. Pero cuando lo hace China les parece bien.

Desde DN criticamos también a todos los políticos locales y regionales que ahora ven las consecuencias del asunto pero ¿acaso han hecho algo ellos?¿acaso no han permitido la invasión de comercios chinos en sus ciudades y comunidades?¿acaso no llevan años haciendo la vista gorda ante todas las ilegalidades de los comercios chinos, en materia fiscal, laboral y de apertura de comercios?¿de qué se quejan ahora?

Desde DN pedimos que no se permita esta competencia totalmente desleal hacia nuestros trabajos y pedimos también a la población española que se conciencie de una vez y que deje de consumir productos chinos. Cada vez que lo hacen están empujando a nuestros trabajadores a una situación parecida a la de los chinos y están financiando a una de las dictaduras más crueles del mundo que, con ese dinero, compra luego nuestra deuda y nuestras empresas estratégicas, convirtiéndonos en sus vasallos ¡¡Boicot a los productos chinos!!,¡¡No a la entrada libre de sus productos en Europa!!

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