Hasta la fecha habían llegado noticias esperanzadoras sobre la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca y Oxford —de hecho, España contaba con recibir 30 millones de dosis si ésta prosperaba—, pero lo ocurrido en las últimas horas ha sido un jarro de agua fría.
La farmacéutica y la Universidad han suspendido los ensayos clínicos porque uno de los participantes sufre “una enfermedad potencialmente inexplicable”, según ha explicado un portavoz a Stat News y otros medios.
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Nota DN: el actual gobierno de España vuelve a dar muestras de falta de previsión y de una incompetencia plena, al haber planeado un encargo de 30 millones de dosis de una vacuna que ha provocado graves efectos en la salud de una de las personas en las que se ha probado.
Día a día aumenta la oscuridad en torno a las diferentes vacunas que se están desarrollando en todo el mundo, las cuales parecieran más bien ser herramientas al servicio de intereses geopolíticos en pugna, amén de la vorad carrera que tiene lugar entre grandes empresas farmacéuticas por imponer, cada una, su patente desarrollada.
Y mientras tanto, los globalistas como Bill Gates (erigido por no se sabe quién como ministro mundial del sanidad) hablan de vacunación y reducción poblacional sin reparo alguno.
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