Las elecciones celebradas este domingo 10 de noviembre dejan un panorama peor que el anterior a la hora de poder formar gobierno, por lo que solo deja tres alternativas.

La primera, la formación de un nuevo Frente Popular entre el PSOE, Podemos y los independentistas.

La segunda, algún tipo de Gran Coalición entre PSOE, PP y Ciudadanos.

Y la tercera, una nueva repetición de elecciones a corto o medio plazo.

Pero primero repasemos los resultados:

El vencedor real ha sido la abstención, con un porcentaje superior al 31%, seis puntos más altos que en abril. Esto refleja el hartazgo de la sociedad española al ser convocada tantas veces a votar y, sobre todo, el descontento de los sectores más izquierdistas del PSOE y de Ciudadanos. El primero ha castigado a Sánchez por no formar un gobierno de izquierdas con Podemos y el segundo ha castigado a Rivera por no apoyar un gobierno con el PSOE y por sus alianzas regionales con VOX.

Todo este descontento ha ido a la abstención porque el descenso del PSOE (más de 750.000 votos) no ha ido a Podemos y el de Ciudadanos (2,5 millones de votos) solo ha ido parcialmente al PP, que sube en 600.000, y otra parte habrá ido a VOX. Seguramente, también ha habido trasvase del PP a VOX, lo que confirma lo que tantas veces hemos comentado en DN: la “ultraderechización” de una parte cada vez mayor de la sociedad española. Los resultados de estas elecciones ya están algo más cerca de la realidad de España, al revés de los increíbles resultados de abril, por lo que es posible que en esta ocasión el pucherazo haya sido de menor calado, ante la desconfianza cada vez mayor que había en la sociedad española ante este fenómeno que, de descubrirse, podía llevarse por delante a todo el R78.

El gran perdedor ha sido Ciudadanos, en especial su líder, el dimitido Albert Rivera, que se pega el gran batacazo al bajar de 57 diputados a solo 10. Es curioso cómo Albert Rivera puede acabar teniendo el mismo destino trágico que su ídolo Adolfo Suárez. Aquél también fue puesto por las élites de dentro y de fuera de España pero cuando quiso ir por libre fue fulminado de inmediato. Es posible que a Rivera le haya pasado lo mismo y, después de ser el niño mimado del IBEX-35 y del Club Bilderberg, se le subiera el éxito a la cabeza y pensara que podía desobedecer las órdenes de Manuel Valls, de Macron, de Bilderberg y del Santander, que le forzaban a pactar con el PSOE. Rivera se negó y no lo hizo. Hay que reconocerle el mérito en esta ocasión. Pero ya hemos visto las consecuencias.

Aún así, el hundimiento de Ciudadanos en apenas seis meses es difícil de entender y no descartamos algún tipo de trasvase de votos vía «pucherazo» de este partido al PSOE.

El IBEX y Bilderberg intentarán que el PP sea el nuevo Ciudadanos. Casado ha dado su perfil más “rajoyista” durante la campaña electoral y de entrada parece no cerrar la puerta del todo a algún tipo de entendimiento con el PSOE, pero el ascenso de VOX, que ya es una alternativa real en la Derecha Nacional, va a hacer muy complicada esta solución. VOX también sufrirá presiones para mantener un perfil bajo en caso de Gran Coalición, pero habrá que forzarle a que soporte y no ceda a esas presiones.

Precisamente, el vencedor moral de las elecciones ha sido VOX, que aumenta en casi un millón de votantes y sube a los 52 diputados, lo que le permite poder poner recursos de inconstitucionalidad contra cualquier ley nacional o regional e incluso forzar un referéndum en el caso de que se pretenda forzar algún tipo de reforma constitucional. Con esto la “solución federal” parece alejarse de momento. El discurso bastante radical (copiado en un 80% del de DN) que ha mantenido esta formación contra el separatismo, la ingeniería social y la inmigración masiva le ha proporcionado un apoyo enorme dentro del patriotismo. Este apoyo puede ser aún mayor si dan un giro a su programa económico y social (Abascal ya ha dado algún indicio en ese sentido) y dejan de reivindicar absurdamente la Transición y la monarquía y son más concretos y críticos en sus denuncias contra el globalismo que representan la UE, la OTAN o el BCE. Es decir, si copian el discurso de DN en un 95% pueden tener un éxito aún mayor.

Es obligación de todos los patriotas y soberanistas (tanto de dentro como fuera de VOX) forzarles a que mantengan y amplíen su discurso radical y no darles tregua en el caso de que tengan tentaciones “moderadas”.

Como contrapunto al ascenso de VOX, el separatismo también se mantiene fuerte, en especial en las regiones vasca y catalana, pero también en la gallega, algo que el R78 ha ido incubando durante décadas y que ahora nos está estallando en la cara. Es una anomalía que los partidos golpistas catalanes o Bildu se puedan presentar a unas elecciones en España. Es algo que habrá que corregir, igual que habrá que corregir que Esquerra, con la mitad de votos de Ciudadanos, tenga el doble de escaños.

Pero la realidad es que, de momento, están ahí y van a ser decisivos en caso de que la opción para gobernar España sea un Frente Popular, algo que puede ser letal para el PSOE con un separatismo catalán que ya es odiado de forma transversal por toda España y con una crisis económica en ciernes.

Llaman la atención el diputado conseguido por Teruel Existe, otro síntoma más de la balcanización política de España y de las consecuencias de privilegiar solo a unas pocas regiones en perjuicio del resto, y el ascenso de Coalición por Melilla una alianza de comunistas e islamistas, otra bomba de relojería que nos ha acabado estallando: la islamización forzosa de Ceuta y Melilla. Consecuencia lógica del aumento de votantes musulmanes y que es un aviso de lo que pasará en toda España en pocas décadas si no se hace algo al respecto.

Con el centro de Ciudadanos hundido, se ha producido una radicalización por la Derecha y por los separatismos, lo que seguirá provocando importantes tensiones en España. Veremos qué opción se elige: si potenciar esa tensión de forma controlada con una política de frentes o calmarla con una Gran Coalición, aunque esta alternativa, si sale mal, puede radicalizar aún más a la población española. Una tercera opción es que el PSOE gobierne en solitario, apoyándose de manera alterna en el PP y en Cs para políticas de Estado y en Podemos y Esquerra y otros partidos para políticas sociales, un equilibrio más que inestable que no tendría demasiado futuro.

En resumen, las elecciones vuelven el panorama español aún más ingobernable si cabe. La mejor noticia es el ascenso de algo que, aunque presente dudas y aún tenga bastantes detalles por pulir, se acerca al Soberanismo Español que DN lleva décadas proclamando. Será obligación de todos forzarlo a que mantenga esa linea soberanista. Si no lo hacen, ningún Nacionalista sincero deberá darles su apoyo.

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