Otro año más, y como viene denunciando DN Castellón desde hace tiempo, vuelven los abusos en el sector citrícola provincial, esta vez agravados aún más como consecuencia de la última reforma laboral del gobierno.

Dicha reforma permite el descuelgue de los convenios, lo que ha sido aprovechado por la patronal citrícola para exigir nuevas condiciones totalmente inaceptables. Para empezar, se exigen reducciones de salario que pueden llegar hasta el 30%, algo que bajaría el salario hasta niveles muy bajos. Se exige también que, en el caso de que no se pudiera trabajar algún día entre semana, sea obligatorio trabajar el domingo, y además cobrando salario normal y no extra por ser festivo. También se detectan unos supuestos cursos de formación de collidors (recolectores de cítricos) que más bien parecen ocultar la intención de usar a los asistentes a estos cursos como mano de obra ultra-barata.

Y esto no es lo peor, ya que el gran fraude y la gran explotación laboral se lleva a cabo a través de las ETTs. Incluso aunque no se estuviera pidiendo unos cambios tan radicales, la patronal siempre tiene la opción de subcontratar a través de ETTs, entidades que directamente se saltan los convenios pagando muy por debajo de lo establecido.

Estas empresas cada vez controlan un mayor número de trabajadores pagando cada vez menos. Incluso en ocasiones se trata de auténticas mafias que pagan salarios de miseria. Todo esto nunca habría sido posible sin la última reforma laboral del gobierno del PP pero, sobre todo, sin esa reforma laboral indirecta llevada a cabo por todos los gobiernos desde finales de los años 90, con la colaboración de sindicatos, patronal y medios de comunicación: la inmigración masiva.

El paro roza en Castellón el 30%, pero eso no impide que en el campo se ignore al trabajador español y se siga contratando inmigrantes en masa, sobre todo a través de las ETTs. Estas empresas (en algunas ocasiones gestionadas por extranjeros que explotan a sus propios compatriotas) han llegado a colgar carteles de «Españoles no» en sus puertas, sin que nunca ningún sindicato lo denuncie. Esos sindicatos que durante años se dedicaron a pedir «papeles para todos» y puertas abiertas para el todo el mundo ¿ahora se quejan de la precarización de empleo y del descenso de los salarios?¿qué esperaban que pasara al introducir en España esa brutal masa de mano de obra de baja cualificación? al final la víctima ha sido el trabajador español, ese que «no quería trabajar  y por eso necesitamos inmigrantes», según los izquierdistas y los sindicatos, en un claro caso de racismo anti-español. Lo que no querían era trabajar por salarios de miseria, algo a lo que les ha condenado este corrupto, anti-social y anti-nacional Régimen y todos sus agentes, especialmente los sindicatos. Esos sindicatos que consideraban «racista y xenófoba» la preferencia nacional. Esos sindicatos que, a través de su defensa de la inmigración masiva, han sido los tontos útiles de la patronal.

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