HAMBURGO. El cuerpo de policía ha reaccionado de manera manifiesta ante las denuncias de las jóvenes estudiantes del instituto del barrio hamburgués de Wilhelmsburg y patrulla de manera masiva los alrededores.

Ya se han cosechado los primeros resultados: se han abierto tres procesos judiciales a causa de agresiones sexuales. Gran cantidad de chicas jóvenes habían enviado una queja a la directiva del instituto a través de un artículo en el periódico Hamburger Abendblatts por ser acosadas por inmigrantes en el camino al instituto.

El hecho de que la policía deba proteger a las estudiantes de un instituto de formación profesional entero en Alemania no tiene, hasta la fecha, precedentes, pero es necesario si la información de la que se dispone a día de hoy es correcta. Algunos hombres solos y otros en grupo exhortaron, usando gestos, a un grupo de estudiantes del instituto público para la formación de profesionales de la medicina y la medicina veterinaria llamado W4 a que los besaran. Además, los hombres hicieron comentarios ofensivos y acosaron de distintas maneras a las jóvenes. Todo esto ocurrió en los alrededores de la escuela, en las estación central de metro de Hamburgo y en la de trenes de cercanías de Wilhelmsburg.

«La mayoría de las veces se queda en palabras», comenta una de las estudiantes al periódico Abendblatt. «Sin embargo, te hace sentir muy mal». Lo describe de la siguiente manera: «Sencillamente, se tiene la sensación de que te desnudan con la mirada. Esto también es acoso sexual. Simplemente, es ir demasiado lejos».

Sin embargo, como mínimo, se debe incluso denunciar el hecho. Una mujer indicó que había sido perseguida por un grupo de hombres que la emboscó en la estación central de metro. Otros hombres que estaban por allí no hicieron otra cosa que reírse a carcajadas. Las víctimas describen a los acosadores como «moros». No hablaban nada o casi nada de alemán y provenían, probablemente, de Oriente Próximo o del norte de África. Se está investigando si venían de un centro de acogida cercano en el que se alojan 1400 refugiados. El servicio estatal contra la criminalidad está trabajando a pleno rendimiento.

Todavía no está claro cómo fueron acosadas muchas de las jóvenes ya que el cuerpo de policía no ha podido interrogarlas a todas. Esto se debe a que muchas solo tienen clase en el instituto una vez a la semana. La directiva del instituto ha pedido que se lea un cada clase un escrito de los profesores en el que se recomienda a las jóvenes que deben denunciar a la policía cualquier forma de agresión tan pronto como ocurra.

La policía se organiza en grupos de 15 agentes que patrullan la zona entre el instituto y la estación de tren de cercanías durante toda la mañana y primeras horas de la tarde. Entre las jóvenes reina la intranquilidad debido al artículo del periódico: «Hace meses que vivimos esta situación», dice una con respecto a los acosos. Otra opina: «Simplemente, hay demasiados aquí que creen que todas las mujeres que no llevan burka son golfas. Vengan de donde vengan los hombres, os da igual. Mis padres y muchos conocidos míos también proceden de Afganistán y, sin embargo, se comportan. Es lo que me espero de todos».

La dirigente de la sección de Hamburgo del FDP (Partido Democrático Libre), Katja Suding, explicó recientemente en una entrevista para kath.net: «Los problemas están en Colonia, Hamburgo y en todos los lugares en los que existen desde hace tanto tiempo, que tratarlos de manera pública está fuera de lugar. Callarse sirve de ayuda a los extremistas políticos, señalar e interesarse por el problema resta apoyo a mi propuesta de acogida. En principio, desde las agresiones de Colonia en fin de año, la policía de Hamburgo actúa de manera más contundente contra los inmigrantes acosadores».

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