Las costas españolas son las terceras que más inmigración ilegal reciben en Europa y están muy cerca de Grecia, que ocupa el segundo puesto. Ese incremento de inmigrantes coincide con un mayor control migratorio en las costas de Italia, el país europeo que recibe mayor número de inmigrantes por vía marítima en la actualidad.

A ello hay que añadir la próximidad por mar entre las costas del sur de España y África (a través del Estrecho de Gibraltar) y la presencia de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla en territorio africano, por donde han entrado miles de inmigrantes. Desde allí, son distribuidos por la España peninsular.

Para la Organización International para la Migración (OIM), durante los siete primeros meses de 2017 han llegado a las costas españolas más de 8.300 inmigrantes ilegales, el triple que durante todo el 2016. En cifra totales, han llegado a España en lo que va de 2017 más de 13.700 inmigrantes, frente a los 13.200 que arribaron en todo 2016. En contraste, durante estos primeros 9 meses de 2017 han llegado a Grecia 17.700 inmigrantes.

Italia sigue siendo la principal puerta de entrada a Europa, con alrededor de 100.000 llegadas en este año, frente a las 181.436 en todo 2016 (600.000 los últimos 4 años). Esto ha venido ocurriendo desde la firma del acuerdo sobre inmigración firmado entre la UE y Turquía, que propició el cierre de la ruta de Turquía a Grecia.

Hace recientes fechas Italia firmó un acuerdo exitoso con Libia y otros países africanos para frenar el tránsito de inmigrantes hacia Italia, lo que unido a las restricciones impuestas a las ONGs que recogen inmigrantes en las costas libias, se ha reducido ostensiblemente la llegada de inmigración ilegal a Italia, lo cual explica en parte el incremento de los inmigrantes que llegan a España.

Según diversos estudios, la mayoría de los inmigrantes que llegan a Italia y España no son refugiados de guerra, sino que lo hacen por motivos económicos al buscar un mayor nivel vida que creen van a disfrutar en Europa.

Así, en recientes declaraciones hechas por un concejal de Málaga al periódico The Irish Times: «Si aprietas en una parte, el aire se va a otra. Si hay mucha presión policial y detenciones de mafias en las rutas mediterráneas a través de Grecia e Italia, por ejemplo, entonces las mafias buscará otras rutas». Eso está pasando con España.

El gobierno español ha subrayado el aumento de los migrantes africanos que intentan saltar la valla de Ceuta, casi 2.300 intentos en los primeros siete meses de 2017, frente a un total de 3.472 en todo 2016. El 8 de agosto, más de mil de asaltantes armados con piedras y arpones intentaron pasar la frontera hiriendo incluso a miembros de las fuerzas de seguridad españolas.

Según el editorial de El País del día 9 de agosto:

«La presión migratoria sobre España está experimentando en las últimas semanas un incremento de tales dimensiones que desborda todas las medidas de vigilancia y control. Las masivas entradas de subsaharianos a través de la frontera de Ceuta, ya sea saltando la valla o atravesando a la carrera el paso de El Tarajal, ponen de manifiesto las enormes dificultades para frenar la entrada a quienes huyen de la guerra, el hambre o la penuria económica. […]

La gestión de los flujos migratorios exige una política europea enérgica, eficaz y solidaria, además de recursos económicos suficientes. España no puede ser, en solitario, el guardián del sur de Europa.»

Por su parte, el ministro de Fomento alemán, Gerd Müller, ha advertido que: «Los mayores movimientos migratorios no se han producido aún: la población de África será del doble en las próximas décadas. Un país como Egipto crecerá hasta los 100 millones de personas, y Nigeria hasta los 400 millones. En nuestra era digital, con internet y los teléfonos móviles, todo el mundo conoce nuestra prosperidad y estilo de vida.»

Mientras que para el director de Naciones Unidas en Ginebra, Michael Møller: «Lo que hemos visto es una de las mayores migraciones humanas de la historia. Y no va a hacer más que acelerarse. Los jóvenes tienen todos teléfonos móviles y pueden ver lo que está pasando en otras partes del mundo, y eso actúa como un imán.»

Y para finalizar, Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, ha llegado a expresar que: «Si no logramos resolver los problemas centrales en los países africanos, diez, veinte o incluso treinta millones de migrantes llegarán a la Unión Europea en los próximos diez años».

CNLG2W5WgAAkVaE