La coalición «rojo-rojo-verde» que gobierna el ayuntamiento de Berlín con el socialdemócrata Michael Müller al frente y con el apoyo de los verdes y el partido Die Linke aprobó un curioso plan anti-terrorista en el que solo mencionan a la «extrema derecha´´ imaginamos que por simple odio ideológico ya que no existe ningún terrorismo de «extrema derecha».

En este plan se deja fuera a la extrema izquierda que como en la mayoría de Europa occidental gozan de una impunidad total ante sus atentados o simplemente son condenados a unas penas irrisorias. A lo mejor tiene algo que ver el dinero de Soros.

Tampoco debieron de considerar muy peligroso el terrorismo islámico, pues también quedó fuera de ese plan. Así les ha ido.

Alemania es uno de los países que más está sufriendo la violencia de los «refugiados» con ataques, robos, violaciones y asesinatos casi a diario, algo que sorprendentemente también quedó fuera de ese brillante y magnífico plan, el cual, solo sirvió para atacar a los nuevos partidos de ultraderecha que avanzan imparables en toda Europa ante su islamización.

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