La FPNUL sospecha que Israel atacó deliberadamente a las fuerzas españolas de paz en El Líbano en la que murió el cabo español Fracisco J. Soria, por un proyectil de artillería de Israel tras el ataque de misiles de Hezbollah contra un convoy del ejército israelí. El solado español podría haber sido víctima del Protocolo Hannibal, la controvertida política israelí de impedir el secuestro de sus soldados.
Responsables de la ONU, citados por el diario libanés The Daily Star, señalan que Israel nunca intentó atacar a Hezbolá, sino que dirigió sus ataques de artillería directamente contra una torre de observación de la FPNUL matando al soldado Francisco Javier Soria Toledo.
La ONU cree que el ataque estuvo dirigido a “castigar” a los cascos azules por no impedir a Hezbolá atacar a las fuerzas israelíes, aunque la fuerza de las Naciones Unidas, ligeramente armada, tiene como finalidad la de documentar los incidentes fronterizos, no impedirlos.
Según algunos oficiales de la FPNUL, están convencidos de que Israel atacó deliberadamente una de sus posiciones para «castigar» a las fuerzas de paz para no tomar más medidas contra las actividades de Hezbolá en el distrito de la frontera sur.
Ningún soldado israelí fue secuestrado el 28 de enero en el ataque de Hezbolá. Pero el bombardeo de represalia – una mezcla de proyectiles de mortero de 155 mm y proyectiles de artillería de fósforo blanco y explosivos – era inusual cubriendo ambos lados de la Línea Azul en un arco de 3 kilómetros de la aldea de Ghajar hasta el pie de las colinas de Shebaa Farms.
A diferencia de los bombardeos de represalia pasados, que se dirigían a las fuentes de Hezbollah al norte de la Línea Azul, el bombardeo alrededor de Ghajar indica que los israelíes estaban tratando de golpear al escuadrón de Hezbollah al retirarse a territorio libanés con soldados cautivos.
Durante el bombardeo de Israel, la torre de observación de la posición de la FPNUL Abbasieh, a 1 kilómetro al este de Ghajar, recibió el impacto directo de un proyectil de artillería, matando a Francisco Javier Soria Toledo.
«No podemos decir que se han equivocado… los impactos eran cada vez más y más cercanos y, finalmente, dieron en la posición española», dijo un oficial de la FPNUL, y agregó que la posición de la ONU había sido delimitada por proyectiles de artillería antes de que fuera golpeada.
Los combatientes de Hezbolá no fueron atacados, posiblemente porque Israel desconocía su paradero o incluso la posición desde la que los misiles fueron lanzados contra su convoy.
El Protocolo de Haníbal fue ideado a finales de 1980 en respuesta al secuestro de Hezbollah de dos soldados israelíes de Kounin cerca de Bint Jbeil en 1986. Israel tuvo que pagar un alto precio por el regreso de sus ciudadanos secuestrados. Los restos de los dos soldados fueron cambiados en 1996 para 45 detenidos de la prisión de Khiam y los cadáveres de 123 combatientes de la resistencia. La doctrina decreta que se deben tomar todas las medidas para asegurar que un soldado no termine en manos del enemigo, incluso si ha de morir en ello.
El ejército israelí aplicó el Protocolo de Haníbal en las horas posteriores a que Hezbolláh secuestrara a tres soldados de las Granjas de Shebaa, en octubre de 2000. Varios vehículos fueron atacados por helicópteros de combate alrededor de Shebaa, hiriendo a 20 civiles. El protocolo se invocó de nuevo el 12 de julio de 2006, después de Hezbollah le arrebató dos soldados desde el otro lado de la Línea Azul, cerca de Aita Shaab. Vehículos blindados cruzaron la Línea Azul en su persecución para caer en una emboscada mortal. Un total de ocho soldados muertos y dos más secuestrados. Ese día impulsó el gobierno israelí una escalada fronteriza que desembocó en una guerra.
En el caso de hace un mes, el ataque contra un convoy israelí fue la respuesta de Hezbolá a la muerte de seis de sus combatientes y un general iraní en un ataque aéreo israelí en los Altos del Golán 10 días antes. El equipo de Hezbollah, equipado con dos lanzadores de misiles antitanque Kornet, se emboscó por encima de la garganta del río Hasbani aproximadamente 1 kilómetro al sur de la aldea de Louaize. Se supone que el equipo estaba en el lugar desde hacía más de un día a la espera de un blanco. Ese objetivo llegó a las 11:30 de la mañana del 28 de enero, cuando un convoy de vehículos militares fue visto en dirección sur. La distancia entre el equipo de Hezbollah y el objetivo fue de más de 4,7 kilómetros, el extremo superior del rango de los 5,5 kilométros de los misiles Kornet.
El bombardeo de represalia israelí comenzó unos 20 minutos más tarde. El soldado español fue asesinado poco después.
Andrea Tenenti, portavoz de la UNIFIL, dijo que la investigación sobre la muerte del cabo Soria estaba en curso y que los resultados pronto serían entregados a las autoridades libanesas e israelíes, así como a las Naciones Unidas en Nueva York.
Israel ha acusado reiteradamente a la FPNUL de no poner freno a las actividades militares de Hezbolá en la zona de la frontera sur. A finales de diciembre, el comandante de la FINUL Maj. Gen. Luciano Portolano declaró que las fuerzas de paz no tenían «ninguna evidencia» de armas de Hezbollah en el distrito fronterizo.
UNIFIL tiene una larga historia de sufrir bajas a manos de artillería y aviación israelí. Cuatro observadores de la ONU murieron en un ataque aéreo israelí contra su puesto en Jiam, en la guerra de 2006. Un observador francés de la ONU fue asesinado en 2005 al lado de las Granjas de Shebaa por un proyectil de un tanque israelí.
En 1996, siendo primer ministro Shimon Peres, Israel atacó un refugio de la ONU en Qana durante una operación contra el Líbano. Aquel ataque causó la muerte a 107 civiles. Una investigación posterior de la ONU señaló que era “improbable” que el ataque al refugio hubiera sido un “error”.
No hay que ser militar para saber que en Isael no se mueve una hoja que no esté controlada.
Mientras nuestros soldados son enviados a proteger las fronteras de Israel dejamos las nuestras libres para ser invadidas, dado que a la excelente Guardia Civil la tenemos de aterrezzo, porque si cumple la misión que le es asignada de vigilancia de fronteras, siempre hay un fiscal y juez de la cuerda para imputarles por realizar su trabajo.
El asesinato de este soldado de España quedará impune, como todos los demás asesintos y genocidios del sionismo.
Mi pésame a la familia.
Y la víctima mortal del ataque israelí tenía que ser española (¡qué casualidad!). No me sorprende en absoluto. Los españoles, junto con el pueblo alemán, somos el pueblo más odiado por los sionistas. Recuerdo una vez que en la televisión estaban echando una noticia de Israel y una periodista española se acercó a un grupo de chavales judíos para entrevistarlos; y, al momento, la locutora comunicó: «Dicen que no quieren hablar con nosotros, españoles, porque les recuerda demasiado a la expulsión». Algún «progre» dirá: «Pues sus razones tendrán. Los Reyes Católicos, con la expulsión de los judíos, la toma de Granada y el Descubrimiento de América llevaron a cabo un gran genocidio». Y yo digo: «¡Mentira!». Los judíos nos han odiado siempre, muchos siglos antes de la razonable expulsión. En el año 711, cuando los moros vinieron a invadirnos, cuando los musulmanes vinieron a una tierra que no era la suya y que, además, era la cultura más próspera del Occidente cristiano, el reino visigodo de Toledo, los judíos colaboraron de forma entusiasta con la invasión islámica. Y, en consecuencia, la Reconquista de Granada por los Reyes Católicos, así como la expulsión de los judíos, fue completamente legítima. En lo que respecta al Descubrimiento de América, que no «encuentro», en ningún momento supuso un genocidio, ni en esa época ni con posterioridad, pues siempre se hicieron leyes para proteger a los indígenas, por ejemplo, las famosas Leyes de Burgos con Carlos I o V, y, además, ahí tenemos las naciones de la América española, algunas de las cuales su población es étnicamente indígena o casi indígena, como Bolivia, de donde procede la puta madre de Pablo Iglesias, el de Podemos. Volviendo a los judíos, como he señalado, nos han odiado siempre. No pueden acusarnos de la expulsión, 100 % legítima, pues a lo largo de los siglos, las distintas naciones europeas, con formas de ser y mentalidades religiosas distintas, los han expulsado también de sus respectivos territorios porque los judíos, como los musulmanes, a todos los sitios donde han ido siempre han creado problemas. Es cierto que los judíos odian a todas las naciones europeas, pero particularmente a España y a Alemania; y, de estas dos naciones, la preferida por el odio sionista es, sin ninguna duda, España. Siempre la han odiado. En todas las épocas han movido los hilos para perjudicarnos. Y, en unión de la Masonería, de la que en territorio español cuentan con un gran equipo que trabaja incansablemente en pro de la destrucción de España, fueron los responsables de la pérdida del Imperio continental americano en las primeras décadas del siglo XIX. Y, finalmente, cuando lo de 1898, que supuso la caída de los últimos restos de nuestro Imperio de Ultramar, los judíos y los masones trabajaron incansablemente para destruir lo poco que quedaba de nuestro antaño floreciente Imperio donde nunca se ponía el sol. Con anterioridad al aciago año de 1898, en los Estados Judíos de América, los hombres de negocios, directores de periódicos y directores de productoras cinematográficas, como es bien sabido, en manos de judíos, realizaron una gran campaña para poner a la opinión pública estadounidense en contra de nosotros, lo que fue decisivo para la pérdida de nuestras últimas colonias ultramarinas. Como sabemos, pues, Estados Unidos ha estado, está y estará siempre en manos de judíos. A finales de la II Guerra Mundial, los sionistas intentaron el exterminio del pueblo alemán, mediante la puesta en práctica del infame Plan Morgenthau, que debe su nombre a Henry Morgenthau, ministro judío de Economía del presidente norteamericano Roosevelt, el cual incluía el exterminio gradual del pueblo alemán mediante la esterilización de los alemanes para conseguir que, en el plazo de unas pocas generaciones, el pueblo alemán se extinguiera. Sin embargo, este genocidio no se llevó a cabo porque el pueblo norteamericano de bien (presumiblemente norteamericanos descendientes de europeos y no sionistas ni masones) llegó a enterarse del maligno plan y se opuso rotundamente, por lo que se tuvo que dar carpetazo al Plan Morgenthau. La nueva versión del Plan Morgenthau consiste en el exterminio gradual del pueblo español, y está también ideado, sin ninguna duda, por sionistas y masones. Se ha gestado desde las últimas décadas del siglo XX y quiere aplicarse en este siglo XXI. Primero, como ya se denunció en un artículo de ustedes, desde las últimas décadas del siglo XX, se ha realizado una intensa campaña antinatalidad española y al mismo tiempo se ha fomentado en España la inmigración no europea, preferentemente musulmana, con el fin de minar la religión católica, que es la primera seña de identidad de la cultura española. Después, a finales de 2007 vino la crisis, que, como sabemos, se ha cebado fundamentalmente con nuestro país y ha traído gran dolor a las familias españolas y ha provocado un alto número de suicidios entre nuestra juventud. No me extrañaría que esta crisis se hubiera diseñado en un despacho sionista de Wall Street y que los masones residentes en territorio español, que ejercen como buenos agentes del Mossad, hayan trabajado sin pausa para perjudicar todavía más a la maltrecha economía española y que así España no levante cabeza en décadas. Mientras, como el trabajar es una necesidad vital, no un simple capricho, numerosos españoles, tanto jóvenes como no tan jóvenes, se ven obligados a emigrar a otras naciones europeas. España pierde natalidad por todas partes: la crisis y las medidas antinatalidad provoca que cada vez nazcan menos españoles; numerosos jóvenes españoles se suicidan; y numerosos jóvenes españoles emigran a otras naciones de Europa. De esta manera, España pierde natalidad por tres frentes. Y, al mismo tiempo, se fomenta la inmigración extraeuropea en España, preferentemente musulmana, los inmigrantes musulmanes tienen una inmensa prole, se conceden cada vez más permisos para construir mezquitas, se fomenta cada vez más el separatismo en las regiones españolas, el odio a todo lo español, con Podemos y toda esa chusma, etc., etc. Así, al cabo de unas pocas generaciones, el pueblo español se habrá extinguido. Este es el nuevo Plan Morgenthau que los sionistas y su equipo de colaboradores masones han diseñado para España y no descansarán hasta que lo consigan. Por todo esto, la muerte del militar español no ha sido casual, sino una consecuencia de su tradicional y patológico odio a España.
Excelente comentario.