El 4 de Agosto del 2016 nace en Reino Unido una criatura a la que sus padres bautizan como «Charlie».
Charles Gard, cuyo drama exponemos está recogiendo notoria repercusión en las redes, ya que éste bebé de tan sólo 10 meses nació cargando con una rara afección genética llamada «Síndrome de depleción mitrocondrial» que imposibilita el normal desarrollo de sus capacidades motoras y el correcto funcionamiento de su sistema cardíaco, renal y respiratorio, siendo asistido para ello por máquinas de respiración.
Actualmente está en observación y cuidados intensivos desde poco después de nacer, pero la vida de «Charlie» peligra potencialmente ahora mismo, el médico encargado de sus cuidados ha interpuesto una demanda judicial a los padres, ya que éste asegura que el recién nacido «sufre».
Los padres, como es natural, no han permanecido impasibles ante tal injusticia, pues pese a sus escasos recursos han movilizado toda una campaña de apoyo y sensibilización en las redes (#charliesfight), en aras de recabar toda la ayuda posible para ésta inocente criatura.
Ha sido tal el esfuerzo de Chris y Connie Yates, la joven pareja progenitora, que han logrado tomar contacto con un Doctor especializado en éste tipo de afecciones, el cual asegura que tratando al pequeño Charles con «terapia de bypass nucleósida», tratamiento experimental con éxito ya obtenido en otros niños antes, tiene altas probabilidades de vivir y salir adelante.
Ésta familia se enfrenta pues a la injusta demanda judicial que si nada lo impide hará que desconecten a su hijo de la tecnología que le mantiene vivo.
Así pues, es una verdadera cuenta atrás, ya que pese a que hayan conseguido el dinero para la intervención necesaria y el visto bueno del hospital, la Corte Británica ha fallado en favor del médico y además se ha impedido que el bebé sea trasladado fuera de las instalaciones, y sólo el tiempo conseguido por el Tribunal Europeo, que ha dictaminado que se le mantenga con vida hasta el martes día 13 de Junio, que es cuando se revisará el caso, y el esfuerzo de todas las almas caritativas y el apoyo en las redes, separan a Charlie de un asesinato a manos de la «justicia» y los médicos británicos.
La legislación británica, ya no sólo impulsa a las parejas oriundas a abortar o evitar formar familias, si no que ahora se observa como ya no tienen reparos en empujar a la muerte a recién nacidos.
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